Hay que reconocer que la izquierda ni disimula ni tiene complejos. La pregunta es si esto es así porque desconoce sus miserias, si es que a pesar de conocerlas sigue presentando no obstante este desparpajo que la caracteriza, o si con lo que cuenta es con que son los demás los que no conocen sus miserias y hace por tanto todo lo posible para que sigan sin conocerlas, desviando la atención hacia las miserias ajenas. Lo obligatorio es conocer las miserias de los demás, la memoria histórica de los demás, y hacer obligatoria una visión del mundo en la que, tapando la mitad de la realidad, ellos son maravillosos y horribles los demás.
Un experto en Memoria Democrática advierte sobre la asignatura pendiente en los institutos: “Hay que aprender a combatir a la extrema derecha”https://t.co/qym8lPzYkG
— Cadena SER (@La_SER) January 13, 2025
En línea con el desparpajo anterior, alguien como Pablo Iglesias no tiene complejos en hacer la crítica de una película reivindicando la imagen y memoria del PSUC, el Partido Socialista Unificado de Cataluña, un partido afiliado a la Komintern, antidemocrático, prosoviético, estalinista, defensor de la dictadura del proletariado, violento y totalitario.
Vista por fin “El 47”. Hermosa, Fernández prodigioso y es muy valioso homenajear a un luchador y a su barrio. Pero como dice @aran_tirado aquí, la lucha es colectiva, militante, es partido. Se extraña al PSUC
— Pablo Iglesias 🔻{R} (@PabloIglesias) January 12, 2025
`El 47’ y el borrado del partido – https://t.co/N827kf6C6E
Del PSUC se puede decir que nace nada más estallar la Guerra Civil como la fusión de la Federación catalana del PSOE, del Partido Comunista de Cataluña, de la Unió Socialista de Catalunya y del Partit Català Proletari. En realidad se puede decir que el PSUC era sin más la sección del PCE en Cataluña y que el PCE era sin más la delegación de Stalin en España. A este respecto, la imagen que ilustra esta noticia resulta de lo más significativa. Se trata de una foto del Hotel Colón de Barcelona, convertido por el PSUC en su sede, sobre el que se han colocado unas caras gigantes de Lenin y Stalin. Para que no quede ninguna duda del tipo de gente del que estamos hablando y que Pablo Iglesias está reivindicando. La alternativa a Franco que ofrecía la izquierda en 1936 no era la democracia, era una dictadura estalinista. No se trata de blanquear a Franco, de lo que se trata es de no blanquear tampoco lo que Franco tenía enfrente, al menos si queremos entender de verdad nuestro pasado. Es esto lo que todo este año dedicado a la memoria histórica interesa recordar por tanto.

Por lo demás, no sólo es que el PSUC se convirtiera en una fuerza determinante en Cataluña en un contexto de salvaje represión en la retaguardia, con decenas de miles de muertos de por medio, muchos de ellos religiosos, sino que el PSUC también se caracterizó por su violencia contra otras fuerzas de la izquierda con las que s e disputaba el poder y entraba en competencia, como el POUM del “desaparecido” Andres Nin. Si algún día aparece el cadáver de Andreu Nin en una cuneta, la bala de su cabeza no se la habría disparado ningún franquista. Porque ni todos los cuneteros eran franquistas, ni a todos los izquierdistas asesinados durante la Guerra Civil los mató la derecha. ¿Sabe Pablo Iglesias todo esto cuando reivindica la historia del PSUC? Lo importante es que lo sepamos los demás, para que Pablo Iglesias no pueda manipularnos. Cuando se amplíe lo bastante la cultura general de los españoles sobre la Guerra Civil, aquel conflicto dejará de ser un instrumento de confrontación en la actualidad. Por eso la batalla de la memoria histórica no se puede dejar abandonada a la izquierda un minuto más.