Ayer fue un día de buenas noticias para la civilización. Cuatro indar gorris fueron detenidos por intentar liarla en El Sadar en el partido de la Selección Española de Fútbol Femenina y, además, otros dos sujetos fueron a su vez detenidos por el intento de agresión a un inmigrante con la bandera española el Día de la Hispanidad.
La Policía Nacional ha detenido este jueves en Pamplona a dos varones por haber participado en el intento de agresión a un hombre que llevaba una bandera de España en la plaza de Navarrería el pasado 12 de octubre https://t.co/d2q1tRQW4n
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) October 20, 2022
Detienen a cuatro miembros de Indar Gorri, que no animará en la primera mitad contra el Espanyol
➡️ Por los altercados ocurridos antes del encuentro entre España y Estados Unidos femeninohttps://t.co/tl9YLzjyOQ— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) October 20, 2022
La relación entre ambos casos de violencia resulta evidente. En ambos casos se trata de los mismos perros con los mismos collares. En ambos casos se trata de manadas de nacionalistas vascos violentos que han decidido privatizarse la Navarrería o El Sadar, determinando quién puede entrar allí y quién no, o para qué sí y para qué no, y qué ideas tiene que tener o no tener para ser, estar y pasar. Son dos facetas de un totalitarismo común.
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En el caso de los indar gorri, a modo de protesta por las detenciones de cuatro de los suyos, decidieron no animar ayer al Osasuna durante la primera parte del encuentro con el Español. Primero la impunidad para el nacionalismo vasco violento, después el equipo.
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El caso es que el Osasuna perdió los dos anteriores partidos en El Sadar con los indar gorri animando todo el partido, y en cambio ganó ayer con los indar gorri animando sólo medio partido. Aunque los indar gorri decidieron dejar claras sus prioridades y que son primero los problemas de los indar gorri y después el equipo, no obstante una vez más se comprobó que lo que hagan o dejen de hacer los indar gorri no resulta en absoluto muy determinante para el equipo. ¿O cada vez que pierde Osasuna hay que atribuirlo a que animaron poco los Indar Gorri?
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Sería acaso un error, sin embargo, pensar que el apoyo del público no juega un papel en absoluto en las competiciones deportivas. El problema es que todos los equipos tienen apoyo del público cuando juegan como locales. O sea, todos los equipos de fútbol de España aunque no haya indar gorris tienen una afición que les apoya cuando juegan en casa. Osasuna no es un caso excepcional en que el público apoya al equipo. Todos los equipos tienen además aficionados agrupados por mayor o menor grado de intensidad. Lo que sucede más bien es que los indar gorri son un tapón y que su existencia obstaculiza la evolución. Si no existieran los indar gorri, existiría otra cosa. Es la presencia de los indar gorri lo que cierra el camino al progreso. Y de hecho se trata de eso. De politizar el osasunismo y poner después el cerrojo para que la izquierda abertzale tenga para siempre el control. No es simbiosis, es parasitismo. Es la izquierda abertzale la que se beneficia de monopolizar el paisaje osasunista y no a la inversa. No son una ayuda, son un lastre. Si ellos no estuvieran no habría el vacío sino otra cosa, y por otra parte resulta muy difícil pensar que cualquier otra cosa, incluso el vacío, no fuera mejor.
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