Abundando en la naturaleza golpista del gobierno recién confirmado, que lo es por el fraude electoral de obtener los votos con el programa contrario a lo que se piensa hacer, que lo es también por el desbordamiento constitucional que exige la amnistía con la que se compran a unos delincuentes fugados los votos de la investidura, lo es sobre todo por la necesidad de abrazar el discurso de los golpistas para mantener el poder sobre su apoyo.
Miriam Nogueras, portavoz del partido de Puigdemont, hace unas horas:
"Nosotros no hemos vuelto al redil constitucional. Nuestra vía jamás será la de la renuncia. Queda también la vía de la unilateralidad".
Y el PSOE hoy en la investidura contándote justo lo contrario.🤦🏻♂️ pic.twitter.com/neAjf20eux
— Pedro Otamendi (@PedroOtamendi) November 15, 2023
Es decir, la amnistía sería inconstitucional en cualquier caso, pero si al menos los golpistas hubieran renunciado a sus objetivos, algunos podrían defender siquiera que el fin justifica los medios. El problema es que no son los golpistas los que abrazan el discurso del gobierno, sino que es el gobierno el que abraza el discurso de los golpistas. Puesto que el gobierno depende de los golpistas y tiene que construir su mayoría sobre ellos, abrazar su discurso no es optativo. Por tanto estamos ante un golpe de estado por todo lo demás ya expuesto, pero también porque los golpistas se han convertido en los rectores de la política del gobierno. El Gobierno de España ha sido intervenido por los golpistas y el Gobierno de España ha abrazado su discurso. Los términos del intercambio entre el PSOE y los golpistas no han sido la amnistía a cambio de renunciar a los objetivos golpistas, sino la amnistía a cambio de mantener a Sánchez en Moncloa.
https://twitter.com/CGomezCalero/status/1725093843316461806
En este sentido resultaron ayer de lo más ilustrativas las intervenciones de los portavoces golpistas, recordándole a Sánchez su dependencia y exigiéndole la correspondiente sumisión, incluso de forma humillante, en línea también con las declaraciones públicas de los últimos días. Los portavoces del golpismo catalán no han perdido ocasión de desmentir por completo las mentiras del PSOE, señalando que ni se han vuelto constitucionalistas, ni renuncian a la independencia, ni a la unilateralidad, y que les importan un pimiento la reconciliación, la armonía y la superación del conflicto. Que lo suyo es la independencia y no la concordia. Es evidente para todo el que quiera verlo.
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Ayer por tanto se puso de manifiesto que Sánchez se encuentra a las órdenes y bajo la tutela de los golpistas. Que ese es el precio que ha pagado para mantener su sillón de presidente. Y que por consiguiente estamos inmersos en un golpe de estado porque el presidente del gobierno se encuentra bajo la sumisión y la disciplina golpista. Entre el golpismo que quiere romper España, y el golpismo que está instaurando la autocracia sanchista, no hay nada en el Gobierno de España y sus aledaños que no sea una amenaza para la libertad y que no presente una naturaleza golpista.
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