No puede ser que nada de lo que haga la presunta victima de violencia de género sirva para desmentir la denuncia

El juicio a Errejón por su posible agresión sexual está dejando algunos momentos memorables, como por otra parte era posible prever. El mismo Errejón que calificaba de fascistas a quienes hablaban de denuncias falsas, dice ser ahora víctima de una denuncia falsa. ¿Habrá cambiado su discurso o pretenderá ser sólo él la excepción? Difícil cuestión cuando otra de las perlas de Errejón es el reconocimiento de que una cosa es la vida real y otra las consignas y mantras que va repitiendo en público para su rebaño.

Sea como sea el caso Errejón y el tertulianismo que le rodea sirve para confirmar la existencia de una doctrina profundamente perversa, desde el punto de vista lógico y jurídico, en relación a la llamada violencia de género o las agresiones sexistas. No se puede hacer en este tipo de agresiones una excepción al principio de presunción de inocencia. Todo el mundo, incluso Errejón, es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Otra cosa es que sea coherente, sincero o decente. Lo que tampoco se pueden dejar de señalar son las contradicciones de su acusadora. Esas contradicciones están ahí y resulta inevitable que susciten algunas dudas. No se puede prohibir dudar de las acusaciones de una persona porque la acusadora sea mujer, o porque el acusado sea hombre, o porque el género obligue a reconocer como premisa que la acusada es víctima y que el acusado es culpable.

Decir que no se puede victimizar aún más a la víctima poniendo en cuestión sus afirmaciones (incluso cuando presentan claras contradicciones) es afrontar la averiguación de los hechos desde el sentimiento en vez de desde la razón. Descubrir si la acusadora es victima o no, igual que si el acusado es inocente o culpable, es el objeto del proceso judicial y no su presupuesto. Si hay que partir de que la acusadora es víctima y que el acusado es culpable, sobra el todo el proceso. Por otro lado no se puede exigir a alguien que pruebe su inocencia porque lo que se puede probar es la culpabilidad. Es decir, para empezar a acusar a alguien de haber matado a un señor francés hace falta el cadáver de un señor francés, es imposible probar que uno no ha matado a un francés.

Por otra parte, estamos viendo una vez más en el caso Errejón que se ha creado un clima en ciertas tertulias y partidos en virtud del cual, además de que el acusado debe probar su inocencia, nada de lo que hace la supuesta víctima puede poner en cuestión su acusación y su condición de víctima. O sea, si después de la supuesta agresión sigue pareciendo tan amiga del agresor, o bromea en redes sociales, o incluso niega la agresión, se nos dice que eso no puede servir para cuestionar su testimonio posterior, que nadie sabe cómo se puede reaccionar a una agresión, que para confirmar la agresión lo mismo vale denunciarla que negarla, ir a denunciar a comisaría que tirar cohetes, seguir tan cariñosamente con el supuesto agresor como repudiarlo. Sólo sí es sí, pero al mismo tiempo se nos dice que la victima puede decir que sí por estar en shock, y aparentar en una grabación estar experimentando placer con la relación, e incluso pasar 10 años esa persona pensando que había tenido la relación de forma consentida, hasta darse cuenta de pronto de que no. No sólo se carga al acusado con la necesidad de probar su inocencia, sino que se hace imposible probar su inocencia o enervar el testimonio de la acusadora. Y además el que diga cualquier otra cosa es un machista que debe ser cancelado. La ironía es que esta gente se suela manifestar como feroz denunciadora de la Inquisición y su leyenda negra, cuando parece más bien su gran admiradora e ilustre heredera.


Compartir este artículo

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.
Logo_Positivo.webp
Logo_Positivo.webp

Suscríbete a nuestro boletín