Que esto se parece más al invierño que al veroño es más que una impresión general de todo el mundo en Navarra, es lo que dicen los registros del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. El mes de septiembre ha resultado, según la propia nota del Gobierno de Navarra, “un mes frío y muy húmedo”, siendo “extremadamente húmedo en las estaciones ubicadas en las inmediaciones de las Sierras de Urbasa y Aralar”. El agua almacenada en los embalses, según se nos dice, ha pasado del 39% en que se encontraba en agosto hasta el 50% actual.
Las precipitaciones este mes de septiembre superaron los valores medios en toda Navarra, triplicando los valores medios en las sierras de Urbasa, Aralar, Codés y Montejurra. El mes ha contado con numerosos días de lluvia y varios de tormentas con lluvias intensas los días 1, 2, 6, 20 y 21 de septiembre. Entre todas las localidades de la Comunidad Foral Irurzun ha sido el municipio que registró la máxima precipitación en 24 horas.
En relación a las temperaturas, el mes ha sido frío y se han situado por debajo de los valores medios en toda la comunidad, con diferencias de entre -1,5ºC y -1ºC. Donde más se han alejado las temperaturas de los valores medios han sido en Lerga, Larraona e Igúzquiza.
España tiene reservas hídricas al 90% en algunas zonas y sólo al 16% en otras.
— Jorge Buxadé (@Jorgebuxade) October 3, 2024
Por eso, VOX propone un Plan Nacional del Agua que permite la interconexión de todas nuestras cuencas.
El PSOE se opone porque prefiere desigualdad e injusticia, una España pobre y sedienta. pic.twitter.com/sj38vjtEHG
Existen dos Españas, pero son la seca y la húmeda. Seguramente hablar sólo de dos Españas resulta reduccionista, pero el hecho es que España es un país climáticamente diverso y en el que, por consiguiente, en unos sitos sobra el agua que falta en otros. Puede que no todo el rato falte agua en unos sitios y no todo el rato falte en otros, pero la realidad es que a veces nos sobra y a veces nos falta, en el tiempo y en el espacio. Esto no es así ahora por el cambio climático sino desde tiempo de los romanos. Existen en España 72 presas y azudes romanos identificados, construidos entre los siglos I y IV de nuestra era. Lo triste es que los romanos acaso fueran más conscientes de la cíclica o territorial abundancia y escasez de agua que nuestros actuales gobiernos, y que desde luego abordaran el problema con más decisión y eficacia, al menos atendiendo a sus conocimientos y recursos. Tal vez es que para los romanos es problema del agua en Hispania fuera sólo una cuestión técnica, mientras que ahora es algo a lo que no hay manera de hincarle el diente porque es un asunto político.
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Irónicamente este pasado año quizá ha sido una de las ocasiones en qué más cerca hemos estado de abrir un debate sobre el asunto desde el fallido Plan Hidrológico Nacional de Aznar, porque era Cataluña la que estaba atravesando una sequía tan intensa como pertinaz. O sea, la situación no podía soslayarse porque era nada menos que Cataluña la comunidad necesitada de agua, pero por otro lado el gobierno catalán se resistía a encarar el problema incluso al borde de las restricciones para la población, porque para el nacionalismo catalán es un problema depender del agua de quien te quieres independizar. No se podía visibilizar esa situación si se podía evitar. Es absurdo independizarse de alguien para volver al día siguiente a pedirle de beber. Afortunadamente la llegada de algunas lluvias antes del verano mitigó la situación aunque, por otro lado, de este modo se evitó una vez más entrar en el fondo de la cuestión.
Las reservas de los pantanos caen al 28% y crece el riesgo de volver a la fase de excepcionalidad. https://t.co/BDTeUUnfAH a través de @elperiodico
— Joan Comorera (@JoanComorera1) October 2, 2024
Por desgracia de lo único que estamos seguros es de que el agua volverá a ser escasa en el futuro próximo, porque llevamos 20 siglos en la misma situación y el problema llegará una vez más a esta España cada vez más fragmentada sin que preventivamente le hayamos sabido poner solución. La solución de no poner solución será que nos vendan como remedio más progresista el de-growth, el de-drink y el de-brain. Lo que sea menos una solución benéfica y racional.