En medio del temporal en los mercados y el temor a una nueva crisis bancaria, cabe señalar que una de las posibles causas por las que puede quebrar un banco es por ser timado por un albañil navarro. No es la causa más frecuente pero no podemos decir que se trate de un hecho inusitado.
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Hay que reconocer que no todos los personajes que Navarra ha dejado para la historia han sido personajes modélicos, pero al menos han sido personajes buenos en lo malo, Es seguramente el caso de Lucio Urtubia, un albañil de Cascante que nació en 1931.
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Albañil tal vez sea una forma complaciente de etiquetar a este paisano carlista por parte de padre, liberal por parte de madre y anarquista por decisión propia. Durante su servicio militar, en 1954, decidió desvalijar un almacén del Ejército para hacer contrabando por la frontera con Francia con el material sustraído. Al ser descubierto desertó y huyó a Francia, donde se convirtió en una figura del anarquismo.
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Bajo el paraguas de la lucha anarquista, Urtubia mostró un notable talento natural para el robo, la estafa y la falsificación de moneda y documentos, teniendo como principales víctimas de este talento a los bancos. No obstante, el navarro acabó dejando los atracos por, según sus propias palabras, “miedo a hacerle daño a los empleados de los bancos”. Pasado el tiempo, Urtubia llegaría a escribir dos libros autobiográficos contando sus peripecias. “Somos albañiles, pintores, electricistas, no necesitamos el estado para nada”, o “si el paro y la marginación crearan revolucionarios, los gobiernos habrían acabado ya con el paro y la marginación”, eran asimismo algunas de sus reflexiones más destacadas.
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En relación a sus peripecias, la más destacada fue sin duda la falsificación masiva en los setenta de cheques de viaje del First National City Bank (el actual Citibank), por valor de 20 millones de dólares. Ahora puede parecer una cantidad modesta, pero en aquel entonces eran los beneficios anuales del banco, y tampoco está claro que la cantidad defraudada no fuera aún mayor.
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Urtubia dio con sus huesos en la cárcel en Francia (brevemente) por esta operación, cuyos beneficios se usaron para financiar movimientos guerrilleros en Hispanoamérica y Europa, pero su encarcelamiento no puso fin a los problemas del Citibank, que seguía padeciendo la estafa. Finalmente el banco llegó a un acuerdo para retirar los cargos a cambio de que Urtubia entregara las planchas con las que se falsificaban los cheques.
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Desde luego no diremos que la de este navarro fallecido en 202o a los 89 años fuera una historia ejemplar, particularmente por sus simpatías hacia la ETA, pero tampoco vulgar. No en vano fue el hombre que estuvo a punto de hacer quebrar nada menos que al Citibank.
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