Los 400 millones de visualizaciones del discurso antisocialista de Milei

Una entrevista a Javier Milei en Twitter (ahora X) acumula ya 405 millones de reproducciones. Se trata de una entrevista realizada al libertario argentino por Tucker Carlson, un periodista y analista de actualidad hasta hace poco ligado a Fox News. Milei habla en español y la entrevista se encuentra subtitulada en inglés. El propio Elon Musk la ha calificado de interesante y la ha retuiteado en su cuenta particular.

Interesting https://t.co/cUKZtShVpM

— Elon Musk (@elonmusk) September 15, 2023

El primer elemento a reseñar de la entrevista es que Milei está extraordinario en casi todas sus palabras. Todo conspira para que la entrevista sea jugosa y atractiva. Para empezar Milei es un gran comunicador, pero sobre todo tiene algo que comunicar. En la derecha hay dos tipos de políticos. Está el político de derechas que defiende las ideas de la derecha (por más que esta división tenga en algunos momentos límites difusos) y el político de derechas que lo que en realidad defiende son las ideas de la izquierda sólo que en dosis un poco más homeopáticas que la izquierda. En España, por ejemplo, dos tercios de los políticos de derechas pertenecen a esta segunda especie. La pregunta es si verdaderamente son políticos de derechas o de izquierda moderada. Después nos asombramos de que la izquierda gane aunque sea por poco pase lo que pase. Milei sin embargo es un tipo que defiende ideas y valores totalmente diferentes a la izquierda. Sin complejos. Pero sabiendo razonar y construir perfectamente el discurso. Por eso es alternativa. Por eso es interesante. Por eso le escucha la gente.

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Sin duda hay muchas cosas de Milei que resultan criticables, pero hay unas cuantas que no. No sólo es que proponga algo distinto del socialismo, es que al socialismo lo tacha directamente de ideología liberticida, ladrona y asesina. Y explica por qué. Aunque a veces se puedan criticar las formas de Milei, lo que no puedes hacer es salir a confrontar al socialismo diciendo que el socialismo es maravilloso, o que tú eres prácticamente socialista. Entonces no sales a confrontar sino a reafirmar.

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Para dar la batalla de las ideas hay que tener ideas. Naturalmente el riesgo de salir a dar la batalla es que puedes perder. No es además una batalla igualada, a estas alturas de haber abandonado esa batalla sería imposible que lo fuera. Es por eso que para dar esa batalla hacen falta ideas, pero además hace falta valor para expresarlas, porque te van a intentar triturar, y por eso también hace falta capacidad de comunicar, habilidad dialéctica, porque tu única arma es la capacidad de convicción.

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Por otro lado, decir algo distinto a la vez que te coloca en riesgo de ser triturado suscita sobre ti el interés. O sea, decir lo mismo que los demás o suscribir el discurso dominante no tiene riesgo pero no llama la atención. Es seguro pero es paisaje. No te van a lapidar, pero no vas a tener 400 millones de reproducciones. Vas a volver a casa con el traje entero, pero no vas a poner en jaque el monopolio discursivo de la izquierda. Poner en jaque el monopolio de la izquierda no es por cierto tener 400 millones de reproducciones o pasar del 50% en las encuestas. Poner en jaque la agenda del sistema es simplemente cuestionarla y oponerse a ella abiertamente. Eso ya es revolucionario. Llegar a los 400 millones de reproducciones o a la mayoría puede ser una consecuencia que llegue o no llegue, o que tarde mucho en llegar, de revolucionar el discurso, pero hay que revolucionar el discurso para que llegue. ¿Y cómo de raro debe haberse vuelto decir las cosas que dice Milei para que tenga 400 millones de visualizaciones? Pero aunque nadie las diga hay cientos de millones dispuestos a escucharlas.

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Milei no se limita a explicar que el socialismo es un sistema depredador, injusto, violento y liberticida, que sólo establece incentivos perversos y tóxicos, sino que habiendo saltado sobre todos los charcos y profanado todos los tabúes del progresismo político-mediático no duda tampoco en mostrarse totalmente opuesto al aborto. Milei habla como no habla casi ningún político de la derecha respecto al derecho a la vida.

Tucker: “Usted se opone al aborto, ¿por qué?”

Milei: “Es un asesinato agravado por el vínculo y por el diferencial de fuerzas. Es verdad que la mujer tiene derecho sobre su cuerpo, pero el niño en gestación no es su cuerpo”

Magistral respuesta ¿Estamos todos de acuerdo? 👏🏼 pic.twitter.com/NFDaIArqRu

— Bryan Albariño (@BryanAlbarino) September 14, 2023

Cabría subrayar que lo que aquí refrendamos no es tanto la figura concreta de Milei, con sus luces y sus sombras, sino su actitud, su voluntad de confrontar ideológicamente el socialismo y el discurso woke no ya sin complejos sino sin piedad. Todas las lumbreras de la derecha que serían mucho mejores que Milei pero que permanecen calladas en un sarcófago blindado no nos son de utilidad. No se puede derrotar al socialismo y a toda la palabrería woke sin confrontarla abiertamente. Por otra parte confrontar a los socialistas y a los wokes es una cuestión de supervivencia. Confrontando todo su poder se puede ganar o se puede perder, pero no confrontar ese poder es suicida. No hay forma de que el recetario woke-socialista no nos conduzca en todos los ámbitos de la vida a algún tipo de desenlace catastrófico. No cabe la pasividad por un lado y pretender escapar al desastre por otro. Ante el globalismo woke no va a quedar ni la posibilidad de emigrar. La única forma de evitar el desastre es confrontar.

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La última reflexión sobre los 400 millones de visualizaciones de la entrevista a Milei es que nos encontramos en un nuevo escenario en el que los medios tradicionales de comunicación están pasando a un segundo lugar. Las redes sociales e internet son un territorio todavía un poco incontrolado por ser una novedad. Sin las nuevas tecnologías el predominio de la izquierda sería casi total. O sea, la izquierda tiene una enorme presencia también en las redes, pero es que en el resto de medios casi no hay otro discurso que el suyo. Lo inquietante es pensar cuánto puede durar abierta todavía esta ventana a la libertad.

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