All Cops Are Bastards (ACAB). O sea, todos los policías son unos bastardos. No se trata sin embargo de un eslogan libertario. Quienes repiten este acrónimo suelen tener la más alta estima por la policía cubana o venezolana. Tampoco es un eslogan pacifista. Quienes utilizan este acrónimo son frencuentemente defensores de los etarras, de los CDR, de la kale borroka, del FRAP o del M19. De hecho traemos a colación este asunto porque Pedro Sánchez prepara una reforma de la Ley de Seguridad que viene de la mano de la izquierda abertzale, la del Ospa Eguna y el Alde Hemendik. Los principales enemigos de la seguridad son ahora los que redactan las leyes sobre seguridad. Uno de los primeros puntos de esa nueva Ley de Seguridad es la progresiva desaparición de las pelotas de goma.
Las pelotas de goma son las peores enemigas de las grandes masas de manifestantes violentos. ¿Y quiénes manejan en España las grandes masas de manifestantes violentos? El nacionalismo vasco, el nacionalismo catalán y la extrema izquierda. Están claros por tanto la paternidad y los apoyos de esta decisión de eliminar las pelotas de goma. Sin pelotas de goma, ¿qué hubiera pasado en el Rodea el Congreso o en la Vía Laietana de Barcelona?
Lo cierto es que las pelotas de goma reducen el nivel de heridos y de violencia. Por un lado, quitar las pelotas de goma deja casi indefensa a la policía frente a las grandes masas violentas. Retirar las pelotas de goma multiplicará el número de heridos entre los policías. Dejar de usar las pelotas de goma, por otra parte, el efecto que tiene es eliminar la distancia entre la policía y los manifestantes. Las pelotas de goma evitan el cuerpo a cuerpo. Las pelotas de goma provocan heridos efectivamente, pero por cada herido que provocan las pelotas de goma se evitan 10 heridos por golpes y contusiones. Cuando no hay pelotas de goma de por medio, reprimir a una masa violenta suele ser tan complicado que se opta como una mal menor por dejar actuar a la masa. Eso es exactamente lo que con toda seguridad pretenden con esta reforma la extrema izquierda y el nacionalismo.
La eliminación de las pelotas de goma no sólo es la consecución de un sueño húmedo de la izquierda abertzale, es también el desarme total del estado frente a otra intentona golpista como la de Cataluña. Por un lado, el PSOE ya ha procedido al total desarme del estado por la vía legal, eliminando o mutilando los delitos de sedición y malversación, o sea aquellos por los que fueron condenados los golpistas catalanes, y por los que ya no podrían volver a ser condenados si repitieran su actuación. Por otra parte, el PSOE va a desarmar también al estado desde el punto de vista material. Sin las pelotas de goma, la UIP estaría vendida ante una nueva revuelta como la que pudo verse en Vía Laietana o Urquinaona.
Todo esto por fin incluye una derivada todavía más preocupante y es que nos encontramos ante una transacción por la que Bildu y el resto de socios radicales del PSOE consiguen la eliminación de las pelotas de goma, o la reducción de la autoridad de los agentes, a cambio de apoyar la Ley Mordaza contra los medios que prepara Pedro Sánchez. O sea, que los demócratas y los españoles libres nos encontramos ante un doble trauma. Por un lado se determina que queden fuera de control las hordas violentas nacionalistas y de extrema izquierda, y por otro se cierra una mayoría que permita acabar en España con el pequeño resquicio que todavía queda a la libertad de prensa. Auguramos un horizonte de noticias peores, pero puede que ya entonces no quede nadie libre para contarlas.