Puigdemont se aburría en Waterloo y ha decidido exigir a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. Lo que sucede es que la cuestión de confianza es una iniciativa reservada al presidente del gobierno. O sea, que sólo Pedro Sánchez le puede presentar una cuestión de confianza a Pedro Sánchez. Pedir a Sánchez que decida someterse motu proprio a una cuestión de confianza está por tanto muy bien pero a efectos prácticos es un mero juego floral, una pirueta inútil de Puigdemont.
#ÚltimaHora 🔴 Puigdemont exige que Sánchez se someta a una "cuestión de confianza" y anuncia que Junts ya ha registrado una iniciativa parlamentaria: "No es de fiar" https://t.co/oCwTHZmA6x
— EL MUNDO (@elmundoes) December 9, 2024
A ERC, por su parte, le ha faltado tiempo para salir en defensa de Sánchez y rechazar la petición de esta cuestión de confianza, que por otro lado y como decíamos en todo caso no sería más que una petición sin fuerza para obligar a Sánchez. Lo mismo se le puede pedir a Sánchez que baje las escaleras de Moncloa haciendo el pino puente o que diga la verdad, y seguramente Sánchez haría antes lo primero que lo segundo si le damos a elegir.
🍑 LA LEGISLATURA CULORROTA
— Benita dos Carallos (@criaturina) December 9, 2024
🚨 Junqueras rechaza una cuestión de confianza que anuncia Puigdemont: «Ningún interés» en un Gobierno PP-Vox.
Hombreee, no te vas a ver en otra.
https://t.co/Pimv3JRT4v vía @TheObjective_es
Hay algo interesante no obstante en todo esto y sucede por alguna razón. En realidad el dilema de los nacionalistas se expresa perfectamente en la doble postura de ERC y Junts. Y es que los nacionalistas tienen un problema, que es que no pueden dejar caer a Sánchez y Sánchez se ha dado cuenta. Como consecuencia, los nacionalistas han perdido fuerza. Si no puedes hacer otra cosa que mantener a Sánchez, deja de tener sentido pagar un precio por ello, por hacer lo que no tienes otro remedio que hacer. Los nacionalistas le pueden complicar la vida a Sánchez, pueden bloquear las iniciativas legislativas de Sánchez, pero no lo pueden derribar. ¿Por qué? Porque ahora son rehenes de su propio discurso, como se ve claramente en el caso de ERC.
La respuesta de Junqueras expresa perfectamente el problema de los socios de Sánchez. Todo su discurso se basa en impedir que llegue al gobierno la extrema derecha de PP y VOX. No pueden dejar caer a Sánchez y venderle a su electorado una llegada al poder del PP y VOX, cuando el único mensaje que tienen todos para mantener a su electorado es el espantajo de la llegada de un gobierno del PP y VOX.
El movimiento de Puigdemont se explica por tanto desde ese punto de vista. El líder de Junts intenta aumentar su fuerza negociadora haciendo ver a Sánchez que le puede movir la silla. Lo malo es que esta estrambótica e inocua petición de que se someta voluntariamente a una cuestión de confianza es más que una demostración de fuerza de Puigdemont, una demostración de debilidad. Esta petición no sólo revela lo poco que puede hacer Junts contra Sánchez, sino que Junts es perfectamente consciente de lo poco que puede hacer. Esta petición no es más que un patético intento de camuflar esa patente debilidad. ERC ya ha asumido directamente su destino de tener que apoyar a Sánchez hasta el final.
En el mejor de los casos, lo que puede conseguir Puigdemont es tratar de aparecer ante el electorado nacionalista, el que se disputa con ERC, como un socio más exigente que Junqueras. La cosa respecto a ERC y Junts es que Sánchez ya les tiene tomada la medida a los dos y precisamente de confianza es de lo que elmarido de Begoña va sobrado sin necesidad de ninguna cuestión.