La transexualidad femenina se disparó en Navarra un 3.600% del 2012 al 2021

Si el género es algo ambiental y educacional, como propone la ideología woke de género, no nos extrañemos de que se disparen los casos de transexualidad. El aumento de los casos de transexualidad sería un mero efecto contagio, una consecuencia inevitable de tener todo el tiempo a todo el mundo, hasta en los colegios, replanteándose su género desde las más tiernas edades y hablando constantemente de transexualidad. El problema y los encargados de solucionar el problema serían casi lo mismo. Los datos hechos públicos por Garenak Radfem respecto a Navarra ponen en evidencia lo preocupante de la situación.

Desde aquellos autobuses en los que se nos decía que hay niños con vulva y niñas con pene, ¿cuál es el resultado de toda la atención político mediática que ha recibido en los últimos años la transexualidad? Para empezar, observando las características de la población atendida en las unidades de género del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, en el período 2011-2023, asistimos a una bajada radical de la edad de las personas que acuden a ser atendidas por pensar que se encuentran encerradas en un cuerpo del género equivocado. Concretamente, ha bajado 17 años la edad promedio de los pacientes atendidos.

Por supuesto, como era de temer, se ha producido un aumento general de los casos atendidos. Cuanto más se habla de ello y más se multiplican programas basura como SKOLAE, más personas y más menores aparecen creyéndose afectados. Si pones a todos los menores a replantearse su género en vez de a jugar a los playmóbil, se dispara el número de menores atormentados y confusos gracias a los partidos políticos de la izquierda, al gobierno y a la nueva casta subvencionada de expertos e inquisidores de género.

Como tampoco puede resultar sorprendente, los casos se disparan particularmente entre las chicas. Sometidas desde pequeñas primero a un bombardeo sobre si están seguras de su género, y después a otro bombardeo respecto a lo terrible y victimizado que es ser mujer, se multiplican los casos de niñas que quieren ser niños o se sienten atrapadas en un cuerpo de mujer. De algún modo, es como si los niños negros quisieran volverse blancos en un entorno en que se les asegura que es eso o trabajar en los campos de algodón.

Nos encontramos por tanto ante dos situaciones propias casi de toda situación problemática a la que mete mano la izquierda. Primero se dispara la magnitud del problema, y después no se alcanza ninguno de los fines alegados para justificar el tratamiento del problema. En el caso de los niños trans, se nos aseguraba que había que abrazar incondicionalmente la ideología de género, sin cuestionarse nada, porque estábamos ante el caso de unos niños que sufrían mucho y gracias a la ideología de género iban a dejar de sufrir. Oponerse a la ideología de género era oponerse a la felicidad de esos niños y ser inhumanos. Lo que en cambio ha sucedido es que se ha multiplicado el problema y que ahora tenemos muchos más niños agobiados, infelices, traumatizados y confusos. ¿Le han arreglado la vida a alguno? Es bastante dudoso. ¿Puede basarse toda la solución de un problema en un cambio de género cuando en rigor no es posible un cambio de género? ¿Es autodeterminable el género? ¿Por qué no entonces también la raza, la edad, la estatura, la especie o cualquier otro hecho biológico? En qué quedamos además, ¿en que hay niños que se sienten niñas pese a toda la educación recibida o que lo que se sienten los niños es resultado de la educación? Y si todos somos iguales, ¿cómo podemos estar en un cuerpo equivocado? O sea, si a cada género no le corresponde un cuerpo, ¿como se puede estar en un cuerpo equivocado? Nada tiene sentido, pero como no está permitido cuestionar nada (es la única forma de imponer algo que no tiene sentido), el problema y el sufrimiento en vez de ser resueltos se multiplican, particularmente entre todos aquellos que supuestamente iban a resultar más beneficiados y quedar más protegidos.

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Un comentario

  1. Es totalmente preocupante que programas como skolae, que pervierten la inocencia de los niños, tengan que ser obligatorios, porque la izquierda socialcomunistas y filoetarra lo impongan, por encima de la voluntad de los padres, pero los resultados son estos, ahora que va a pasar cuando los transexuales no se sientan tampoco de acuerdo a su nuevo sexo. Es increible que una mentira con las patitas tan cortas, como eso del cuerpo equivocado nos los han metido a machacamartillo, menos mal que Trump con todos sus defectos tiene claro este asunto. ¿Decir alto y claro que los niños tienen pene y la niñas vulva es ser un odiador?

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