A veces resulta difícil discernir lo que determina que en una sociedad como la nuestra algo se convierta o no se convierta en escandaloso. Por ejemplo, la reciente regulación de la eutanasia en Navarra ha hecho necesario establecer las condiciones y el pago de esta práctica. De este modo, el Servicio Navarro De Salud ha establecido el pago de 59,9 euros a los médicos y 33,12 a los enfermeros y enfermeras por la práctica de la eutanasia fuera de la jornada laboral habitual. Apabullante es poco, como señala el vecino.
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Hasta ahora cobrar un bonus de la muerte era otra cosa. ACOJONANTE es poco.
Esto es el servicio de salud de #Navarra (Resolución 756E/2022). pic.twitter.com/IW0cSwSbD5
— el vecino de نxue (@elvecinodeUxue) May 20, 2022
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Al abordar el reverso tenebroso de la eutanasia, siempre hemos enfocado la problemática desde el punto de vista del paciente. ¿Por qué alguien decide que su vida no merece la pena o que su sufrimiento no tiene sentido? Si creamos una cultura del descarte, en la que las personas enfermas, solas, discapacitadas o ancianas sientan que estorban, ¿aumentará o descenderá la demanda de eutanasia? Es decir, al abrir la puerta a la eutanasia no sólo estamos introduciendo esa posibilidad, estamos creando una pendiente hacia esa posibilidad. Introducimos por ejemplo el concepto de vida indigna, que no se aplica ni a a los peores criminales para aplicarles la pena de muerte. O al calificar de indigna de ser vivida la vida de un parapléjico o de un enfermo de ELA, despojamos de su dignidad la vida del parapléjico o del enfermo de ELA que no se mata y decide seguir viviendo su vida «indigna». Por más que sus más fervientes defensores se presenten como supuestos progresistas, el hecho es que la eutanasia no es más que una forma extrema e implacable de darwinismo social. Otra cosa es que se tenga derecho a los cuidados paliativos o que se dediquen los recursos necesarios a que la gente enferma no tenga que vivir sin recursos o con dolor.
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La tabla anterior con las retribuciones al personal sanitario por practicar eutanasias, sin embargo, supone una mirada desde el punto de vista del sanitario, o como queramos llamar al profesional encargado de eliminar a su paciente en vez de salvarlo. Es decir, para eliminar pacientes acaso habría que estudiar una carrera distinta que para curarlos. ¿Qué necesidad hay, por no preguntarnos qué sentido tiene, que la eutanasia la practiquen una enfermera o un médico? Si de lo que se trata es de eliminar al paciente en vez de curarlo sobran el 99% de los conocimientos y la cualificación de los médicos. En realidad casi parece que se utiliza innecesariamente a un médico para practicar la eutanasia con el fin de blanquear la eutanasia, debido a la buena imagen y reputación de los médicos, aunque cuando se usa la buena imagen de alguien para hacer algo malo se incurre o en lo que podríamos llamar la teoría del trapo. Al pasar un trapo por algo sucio limpiamos la superficie sucia, pero manchamos el trapo.
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Este generoso pago en euros por practicar eutanasias, por otro lado, vendría a constituir un auténtico incentivo sobre la eutanasia desde el punto de vista del profesional que la practica. Pero no por salvar a los pacientes, o por tanto por el éxito de su actividad, sino por eliminarlos. Como decíamos para salvar a un paciente hace falta ser médico, para no salvarlo vale cualquiera. O cualquiera al menos dispuesto a eliminarlo. Además se paga y se paga bien por eliminarlo. Un médico dedicado a salvar pacientes tiene que acarrear la frustración de perderlos, ya sea por un error o por el hecho fatal de que los humanos sobre los que aplica su saber son por naturaleza vulnerables y mortales. Por el contrario, un médico dedicado a eliminar pacientes trabaja sobre seguro. Un médico puede aplicar diversos tratamientos a un paciente y no conseguir salvarlo, pero si de lo que se trata es de matarlo no se conoce el caso de un verdugo que no haya conseguido matar de un modo u otro a un condenado. La pregunta es si al que se dedica a eliminar a sus pacientes podemos llamarlo médico, ni aún en el caso de que el 99% del tiempo actúe como un médico. El 99% del tiempo será médico y el 1% verdugo.
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3 respuestas
Tremendo. la cultura de la muerte en toda regla
La eutanasia no se practica, se perpetra. Como todos los crímenes.
Estupendo artículo que da en clavo.
No se podía explicar mejor.