La radiografía del mercado laboral en Navarra es un auténtico desastre, sobre todo comparado con lo que éramos no hace tanto. La radiografía es mala en su resultado agregado, pero es peor todavía al observarse cómo se llega a ese resultado. En principio podría parecer que la cosa no va tan mal. A fin de cuentas, según la EPA, seguimos siendo la cuarta comunidad con la menor tasa de paro. Eso si, hace unos años éramos prácticamente siempre la comunidad con menor tasa de paro, tanto cuando las cosas iban para arriba como cuando iban para abajo.
Los problemas empiezan a brotar a borbotones cuando entramos en los detalles. Para empezar, como publica Institución Futuro, no sólo es que tenemos una tasa de paro juvenil por encima de la media nacional sino que nos hemos convertido en la tercera comunidad española con mayor paro juvenil. En lo que se refiere al paro juvenil estamos en el top3, pero por la cola. Quién ha visto a Navarra y quién la ve. ¿Saben los jóvenes navarros que votan al cuatripartito que estamos el podium inverso de la creación de empleo juvenil?
Otro aspecto muy preocupante de las cifras de empleo es que, si ya de entrada se trata de cifras escasamente deslumbrantes, el detalle no contribuye en absoluto a tranquilzarnos. Si en 2015 teníamos 41.400 asalariados públicos, en 2024 tenemos 54.100. De ser el 19,4% de los asalariados totales, los asalariados públicos han pasado a ser el 20,4% en 2024.
Por el contrario, los asalariados del sector privado han pasado de ser el 80,6% en 2015 a ser el 79,6% en 2024. Entre 2015 y 2018 se crean 25.600 empleos en el sector privado, pero desde 2018 hasta el 2024 sólo se crean 13.300. En el último trimestre, además, se han destruido 5.600 empleos. Hemos destruido en 3 meses casi la mitad del empleo que se ha creado en el sector privado en 8 años. No es por tanto que haya una gran contradicción entre la realidad que todos percibimos a diario en nuestra economía familiar y las maravillas que nos cuenta Chivite sacando pecho, es que las cuentas de Chivite están huecas en cuanto se analizan un poco. Y eso que estamos en tiempos de vacas gordas: podemos ir preparándonos para cuando lleguen las flacas. A ver cómo se sostiene entonces toda esta estructura de gasto público. Eso sí, el gobierno foral debe pensar que el paro juvenil no es un asunto problemático porque a fin de cuentas la juventud es un asunto que se resuelve solo con el mero paso del tiempo.