El gobierno de España se encuentra muy feliz por la actualización de algunos datos de Eurostat que vendrían a confirmar que España va como una moto. La verdad sería entonces lo que viene diciendo por tanto el gobierno frente a los bulos, la maquinaria del fango y el discurso del odio. ¿Pero es todo tan sonrosado como lo pinta el gobierno?
En primer lugar, competir con Europa es ya un reto cuestionable. Europa está muerta, o casi. Por consiguiente no tiene mucho mérito ganarle una carrera a un cadáver. Para ganarle una carrera a un cadáver no hace falta ser una moto, basta con ser un caracol quiricol saca los cuernos y ponte al sol. Que España es un caracol y no una moto es algo que se verifica fácilmente cuando no nos comparamos con un cadáver. Lo triste precisamente es que apenas ganemos terreno respecto a economías cadáver como la francesa. Eso significa que estamos apenas un peldaño por encima de muertos.
En la tabla de datos de Eurostat que tanto complace al inefable Oscar Puente, lo que podemos observar es que Francia en 2012 tenía la misma base que el PIB del grupo Euro20 (108), mientras que en 2023 ha caído hasta 99. El PIB del Euro 20 también ha caído de 108 a 104. Cuando por tanto decimos que competimos contra un muerto, no estamos exagerando. ¿Cómo ha recortado terreno España respecto a Francia? Pues lo ha hecho sin avanzar un milímetro. Nuestro PIB per cápita en 2012 era el 91% del de la zona Euro20 y seguimos exactamente en el mismo punto: el 91%. Llevamos 13 años sin avanzar, pero parece que avanzamos porque los demás retroceden. Decir que crecemos más que los demás de manera muy significativa es un bulo del ministro de Transportes.
Partiendo de lo dicho por Puente o tomando a Francia como referencia, no faltan en las redes sociales quienes tratan de vender estos resultados como un éxito del socialismo español frente al liberalismo francés. Lo que pasa es que, aparte del hecho de que no avanzamos (literalmente) sino que Francia retrocede, hay que tener mucho cuajo para llamar liberal a Macrón, o para considerar a Francia como un ejemplo de estado económicamente liberal. Tomemos por contra el caso de Irlanda, donde desde los 90 sí se vienen aplicando medidas económicas de corte decididamente liberal. Ya en 2012, como consecuencia de esas medidas que llevaban poco más de una década aplicándose (como reducir al 12,5% el impuesto de sociedades), el PIB per cápita irlandés era del 133 sobre el 100 del conjunto de la zona Euro, pero es que en 2023 el PIB per cápita irlandés ha pasado a representar el 213 sobre el 100 de la zona Euro.
Como puede apreciarse, sin la espectacularidad de Irlanda pero con el mérito de venir de mucho más abajo, en los últimos años los países de la UE que están creciendo son Polonia, Hungría, Estonia, Lituania… Si no les gustan a Von der Leyen o a la prensa woke, es que están creciendo por encima de nosotros. El problema añadido con la decadencia francoalemana es que se han quedado parados hace tiempo, pero al menos se han quedado parados bastante por encima de nosotros. Podemos seguir avanzando a este ritmo y ellos seguir parados mucho tiempo antes de que vayamos a alcanzarlos. Eso por no mencionar el hecho de que nosotros avanzamos a costa del dinero que nos inyectan y ellos nos inyectan dinero para que les sigamos comprando. El motor está gripado pero gracias a la deuda, los déficit públicos y la impresión de monenda vivimos la ficción de que todavía funciona.
La pregunta final, más allá de aplicar el filtro de la verdad al ministro Puente, es cuál debe ser nuestro espejo. ¿El muerto? ¿La Europa que retrocede? ¿O la Europa que avanza? ¿Por qué tomar como referencia a la languideciente Francia en vez de a la pujante Irlanda? ¿A quién tienes que tomar como referencia para mantener la apariencia de que estás avanzando? Dice mucho de ti y de los éxitos de tu política que, para que parezca que avanzas, tu referente este muerto.