Según datos del Instituto Vasco de la Administración Pública (IVAP), en junio apenas el 4,53% de los funcionarios que se presentaron a los exámenes públicos para acreditar su nivel de euskera consiguieron aprobar el examen. Esto es lo que se desprende de los resultados de las pruebas escritas de la primera convocatoria del IVAP para convalidar perfiles lingüísticos, celebradas en mayo en el Bilbao Exhibition Center (BEC). De las 3.471 personas que se presentaron apenas 151 fueron capaces de superar las exigencias lingüísticas planteadas por el Ejecutivo autonómico.
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El porcentaje de aprobado en el caso del perfil 3 -el equivalente al C1 de euskera, al EGA- ni siquiera superó el 3%, con apenas 34 aprobados entre 1.135 funcionarios que se presentaron al examen el mes anterior. Los perfiles más bajos, el 1 y el 2, alcanzaron el 5% mientras que en el perfil 4 -un C2 de euskera-, el porcentaje de aprobados entre los concurrentes fue de un 4,45%. El Gobierno vasco, pese a que las OPEs buscan consolidar a los interinos que llevan años en la Administración pública -algunos hasta 10 años en el caso de servicios como Osakidetza- no ha ofrecido en estas oposiciones, las más grandes de las últimas dos décadas, la posibilidad de que el funcionariado tenga otra oportunidad para acreditar sus perfiles lingüísticos. La polémica precisamente en torno a este asunto llevó al Departamento de Educación a recular en la OPE de Educación y no relegar a funciones secundarias a los profesores que no acreditara un nivel de euskera pese a que lleven décadas enseñando materias como física, matemáticas o castellano.
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En el plano educativo, más allá de las oposiciones en la administración, el informe sobre segregación escolar en Vitoria elaborado por Steilas dejó patente que la lengua sigue sin ser vehicular entre los más pequeños: pese a que el 42,5% de los escolares usan la lengua en clase, solo un 4,5% emplea el idioma en casa y apenas un 1,5% de los alumnos siguen usando el euskera con sus amigos. Ese porcentaje es el mismo en el que se emplea el euskera para hacer el examen de conducir: un 1,5% a pesar de los programas de subvenciones que ofrecen varios ayuntamientos.
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En la calle, la realidad sociolingüística no es muy distinta: en los últimos 33 años el uso del euskera apenas ha crecido un 1,8%.
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En el caso del empleo público, el problema llega al paso previo a las oposiciones, donde nueve de cada diez opositores no cumplen los requisitos de euskera según los datos de los 20 procesos públicos celebrados en la última década. Un informe del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (IVEI), realizado en 2019 pero hecho público el pasado septiembre, señalaba el problema de que los alumnos del modelo D están llegando a no ser competentes ni en euskera ni en castellano. El 49,1% de estudiantes de centros públicos y el 57,8% de la escuela concertada no llegaban a ser bilingües en segundo de ESO. De hecho, los escolares del modelo D obtuvieron entonces la peor puntuación en comunicación lingüística en euskera de toda una década.
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El sindicato UGT ha reclamado ante los datos anteriores que el Gobierno vasco «reflexione sobre la problemática del euskera y su exigencia en las Administraciones públicas». Sobre las cifras del IVAP, el sindicato afirmaba que las cifras demuestran que «algo falla y estamos seguros que no son las personas». «Las cifras no ofrecen duda. Los postulados del Gobierno vasco parecen hacer agua por todos sus costados«, remataba un comunicado sindical que pedía también a Lakua que no siga «cerrando los ojos«, que asuma «su responsabilidad y actúe en consecuencia, ajustando sus niveles de exigencia a la terca realidad sociolingüística de nuestro entorno”.
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Desde luego todo lo anterior resulta una crítica devastadora y el retrato de un fracaso absoluto, el de una política lingüística discriminatoria e injusta, ruinosa, pero además completamente inoperante incluso para sus propios objetivos nacionalistas de normalizar el euskera.
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Lo llamativo es que todo lo referido es casi literalmente el contenido de un artículo publicado en cronicavasca.com, pero que no lo hemos encontrado en cronicavasca.com sino en la web del Ministerio de Hacienda, en una referencia de actualidad del Instituto Nacional de Administración Pública. Esta vez no dirán que es vascofobia o la burbuja mediática de la extrema derecha.
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https://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?id=1512885
Un comentario
En el siglo XX, en la década de los años 20, Alemania era la líder mundial en el campo de la Física, en sus universidades había profesores como Einstein, Schrödinger o Heisenberg. La distancia frente a los británicos, franceses y norteamericanos era insalvable hasta que llegaron los «sabios del pueblo» en 1933 y echaron a todo los que no sabían vascuence, perdón judíos, de la administración pública entre ellos la universidad y los centros de investigación.
Tiene su morbo saber que una física judía casada con un químico no judío que consiguió meterla en un laboratorio como ayudante descubriera que bombardeando neutrones a un átomo de Uranio, se obtenía un átomo de boro, otro de Kriptón y más protones, el protón generado chocaban con otros átomos de uranio y la reacción se multiplicaba, Es decir el fundamento físico base de la bomba atómica pero como la descubridora no sabía vascuence (perdón era judía) nada se pudo hacer afortunadamente dentro de la «inteligencia alemana» El descubrimiento terminó en USA con la bomba atómica, se preguntan que hubieran hecho los «pacifistas alemanes» si hubieran tenido la bomba atómica, yo supongo que la habrían lanzado a la vez sobre Moscú, Leningrado y Londres pero los americanos fueron los que se llevaron la palma utilizándola según la progrez reinante
Recuerden esta historia cuando les hablen de lo bien que está la ciencia en España porque esta historia vale para cualquier lengua regional española de uso escaso y marcadamente rural.
Como dijo Einstein: El nacionalismo es una enfermedad infantil, es el sarampión de la humanidadd