La demanda de euskera como mito subvencionador

En menos de 4 días se han agotado las plazas que el Ayuntamiento de Navarra había previsto para acoger visitas guiadas al Ayuntamiento de Pamplona con ocasión de la conmemoración del Privilegio de la Unión. Bueno, para ser precisos lo que se han agotado han sido las 600 plazas ofertadas en español. Otras 200 plazas se ofertaron en euskera y sólo se han completado 15. Con este motivo el Ayuntamiento de Pamplona ha incrementado en otras 120 plazas, obviamente en español, la oferta para realizar la visita.

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La noticia resulta de lo más llamativa porque revela una vez más que, a falta de coacciones, privilegios y subvenciones, en cuanto se deja a la gente elegir libremente, la demanda de euskera resulta mucho más pequeña de lo que nos pretenden hacer creer para justificar la existencia de plazas en la administración, campañas o subvenciones. Claro que esto a los que piensan que el motivo para aprender euskera es la construcción nacional de la independencia vasca les da igual. Si hubiera mucha gente demandando porque efectivamente hubiera esa demanda, y si no demanda nadie entonces para apoyar la lengua por minorada y no demandada.

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Lo cierto es que la demanda insatisfecha y la oferta insuficiente, por lo menos en este caso, ha sido la de visitas en español. Inicialmente se ofrecieron 600 plazas en español y 200 en euskera. O sea que se calculó una demanda en euskera del 25% de las plazas. La realidad es que se demandaron 15 plazas en euskera frente a 600 en español, o sea que la demanda real de euskera fue del 2,43%, la décima parte de la prevista.

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Debemos tener en cuenta sin embargo que todo el que quiso una plaza en euskera la tuvo, pero la demanda de plazas en español quedó insatisfecha. Si se completaran las otras 120 plazas en español sin que aumente la demanda de euskera, la demanda real de visitas en euskera se quedaría en el 2,04%.

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En principio todo esto no son datos ni para alegrarse ni para entristecerse, sino datos objetivos, allá cada cuál cómo se sienta con ellos. Lo que en todo caso se comprueba es que la imposición, la subvención y la politización no ofrece los resultados previstos. Lo que nunca se ha visto es qué pasaría si el vascuence se viera libre de la imposición, la subvención y la politización. El nacionalismo se presenta como el defensor y propietario del euskera pero es su destructor. ¿Quieren de verdad prestigiar el euskera? Desvincúlenlo del sabinismo-leninismo y envuélvanlo en una corona de libertad.

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Un comentario

  1. Leyendo este tipo de noticias siempre me pregunto dónde estaríamos si se aplicará el sentido común en la administración pública. Tiempo perdido desde que se implantó el régimen del 78: 2022-1978= 44 años (dos generaciones). El problema es saber cuando podremos empezar a tomar medidas correctoras y para ello habría que tumbar el consenso progre primero. La realidad es que estamos totalmente perdidos sin esperanza de un futuro NORMAL

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