Todos los días nos cae encima a los pobres electores una catarata de promesas electorales, consistentes en regalitos maravillosos que no paga el que nos los “regala”, sino que los pagamos nosotros mismos. Nada de lo que prometen y regalan los políticos es gratis ni lo pagan con su dinero, y hasta que una amplia mayoría social grabe esto a fuego en sus cabezas los políticos no nos darán tregua con el black friday constante al que nos están sometiendo. Dicho esto, de vez en cuando aparece alguna propuesta curiosa y osada en la campaña como el compromiso de la candidata de VOX a la alcaldía de Pamplona, María Estévez, de que si esta formación gobierna hará lo posible para expulsar de El Sadar a los Indar Gorri:
‼️ Cuando entremos en las instituciones navarras, vamos a utilizar todas las vías legales a nuestros alcance para expulsar a los ultras proetarras de Indar Gorri del Sadar.
❌ No representan a la afición del Osasuna.#CuidaPamplona #VotaSeguro pic.twitter.com/38dV0KczyS
— Maria Estévez 💚🇪🇦 (@Maria_EstevezG) May 17, 2023
Como poco podría decirse que se trata de una propuesta disruptiva. Si propones algo que nadie más propone puede que provoques rechazo, pero para todo el que quiera eso te conviertes en la única alternativa de voto.
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El caso es que muchos navarros y aficionados osasunistas sienten pena y vergüenza a partes iguales cada vez que los Indar Gorri se convierten en noticia identificando su imagen con la de Osasuna. En el caso más reciente, el de la final de la Copa del Rey, los 1.000 Indar Gorri consiguieron empañar la imagen de los 20.000 osasunistas desplazados a Sevilla con sus desfiles paramilitares, sus cánticos antiespañoles y proetarras, sus incidentes, sus bengalas (un herido incluido), sus ikurriñas y sus banderas de Navarra ikurriñizadas. Curiosamente en la Plaza del Castillo, donde otros 20.000 aficionados seguían el partido a través de pantallas gigantes, no había ikurriñas ni banderas del tres en raya. Los Indar Gorri, sin embargo, consiguieron que la imagen de sus 1.000 activistas se impusiera sobre todo el resto de decenas de miles de aficionados navarros. Obviamente en esto también hay una responsabilidad del propio Osasuna, mimando siempre al frente futbolístico de la izquierda abertzale.
https://twitter.com/sanferminlive/status/1654928641166389248
Lo cierto es que la expulsión de los grupos ultra de los campos de fútbol es un imperativo ético y de seguridad que ya se ha llevado a cabo en muchos campos de España y de toda Europa, al margen de la ideología radical que defienda cada uno de estos grupos, porque siempre suele haber una ideología radical y violenta detrás de todos estos grupos. El fútbol no puede servir de escaparate ni convertirse en rehén de todas las ideologías radicales que utilizan el fútbol. El radicalismo abertzale tampoco.
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