Hasta 12 años de cárcel para los agricultores navarros detenidos por manifestarse en la puerta del Parlamento

Se espera que sean no menos de 12 los agricultores que acaben detenidos por los incidentes hace unos días a las puertas del parlamento navarro. De momento ya han sido puestos a disposición judicial 7 agricultores, a los que una juez ha dejado en libertad con cargos. Pero no con unos cargos cualesquiera, como viene a explicar la Cadena SER con una cierta fruición. Por el delito de asalto a instituciones oficiales, recogido en el artículo 493 del Código Penal, los agricultores podrían tener que afrontar penas de entre 3 y 5 años de prisión. Por el delito de atentado contra la autoridad, castigado por el artículo 550, penas de entre 1 y 4 años. Y por el delito de lesiones, penas de entre 3 meses a 3 años. En total, penas que acumulativamente y en su tramo máximo podrían llegar a los 12 años.

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— SER Navarra (@SERnavarra) March 19, 2024

A la vista de las penas y los delitos de los que son acusados, cabría pensar que lo de la Vía Layetana fue una broma comparado con lo de los agricultores navarros. Incluso el golpe de estado en Cataluña parece una broma, comparado con lo de los agricultores navarros. Hasta el 23F parece una menudencia comparado con lo de los agricultores navarros. Pareciera que los agricultores navarros quisieron dar un golpe de estado, derrocar al gobierno, tomar el parlamento… Todo por unos empujones a las puertas del mismo.

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Afortunadamente para los agricultores se supone que los delitos se considerarían en todo caso cometidos en grado de tentativa, por lo menos el de asalto a instituciones oficiales, por lo que las penas no deberían aplicarse en su tramo más alto. Claro que cualquiera sabe con la independencia de la Justicia. Sea como sea los agricultores se enfrentan a posibles penas totalmente desproporcionadas por los hechos que sucedieron y los que no sucedieron. El hecho es que el gobierno, acompañado por los medios afines al gobierno, ha desatado una represión sin precedentes contra el colectivo de agricultores.

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Frente a la impunidad de quienes procesionan fotos de asesinos en la Korrika, o de quienes corean a ETA en un instituto, o de los Indar Gorri, o de los golpistas y malversadores cuyos votos pueden mantener en el poder al gobierno, se desata una represión absolutamente desmesurada contra unos agricultores desesperados. De los agricultores tendrán que decir que son casi golpistas o casi terroristas para poder aplicarles las máximas penas, porque mientras se intenta convertir a los agricultores en golpistas y terroristas, intentando aplicarles penas a la altura de tales acusaciones, a los golpistas y a los terroristas de verdad se les concede una amnistía tan extensa como total para que gocen de impunidad.

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Esta es la España socialista de 2024 y la Navarra de Chivite. ¿Se acuerdan ustedes de las grandes movilizaciones que se vivieron en Navarra en apoyo a los violentos de Alsasua? ¿Será que merecen menos apoyo los agricultores que nos dan de comer que los violentos encargados de mantener a golpes la pureza ideológica de Alsasua y otras localidades?

👨🏻‍🌾🧨 Los agricultores se proponen como candidatos a lanzar el Chupinazo de estos #Sanfermines https://t.co/lWYhMhZKj4

— Navarra Televisión (@NavarraTV) March 14, 2024

Hace unos días se barajó la posibilidad de que los agricultores fueran el colectivo designado para lanzar esta año el Chupinazo. Pues a lo mejor no es una mala idea. A lo mejor es una iniciativa interesante para expresar el agradecimiento que la sociedad le debe en general a este colectivo, con más razón ahora que el gobierno ha declarado que va a ser implacable persiguiéndolo. Por supuesto Asirón ya ha declarado que para poder lanzar el Chupinazo hay que pasar el filtro de la Mesa General de los Sanfermines, una barrera para que la votación popular no sea del todo popular y democrática, sino limitada a las candidaturas previas aprobadas por esta Mesa. Lo que quizá no puede evitar Asirón es que se presente la candidatura y que la Mesa, si es el caso, tenga que retratarse rechazándola. O la gente que nos da de comer se ha convertido en una amenaza, o son el gobierno y sus medios los que se han convertido en una amenaza. No está en juego sólo nuestra alimentación sino la libertad.

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