Francia: no sepas, no mires, no votes mal

Parece que Macron ha encontrado la solución a los problemas de Francia: la censura. Lo que no se ve, no existe. Si no puedes frenar el caos, tal vez puedas ocultarlo. Tapar el problema en vez de arreglar el problema, como los parados o los temporales reconvertidos en fijos discontinuos. La sociedad occidental, si no lo remediamos, se convierte por momentos en el niño que se cree invisible cuando se tapa los ojos. Infantilizados es como al poder le gustamos.

La pregunta una vez más es qué porcentaje de la realidad se nos debe ocultar para que sigamos pensando lo que quieren que pensemos. ¿El 50%? ¿El 75%? Si nuestra forma de pensar o de votar se basa en ignorar el 50% o el 75% de la realidad, ¿en qué clase de mentira estamos viviendo? ¿En qué clase de sociedad orwelliana? ¿En qué democracia?

Mientras en la semana del Orgullo Gay en España se nos vendía que la amenaza para los homosexuales era un posible gobierno de la derecha, la realidad en Francia es que han sido los disturbios multiculturales los que han obligado a suspender las marchas del Orgullo en Marsella o en otras localidades. Si no fuera porque en ciudades como París los disturbios comenzaron después del desfile, en toda Francia hubiera sido imposible celebrar el Orgullo, pero no por la derecha sino por los resultados de las políticas izquierdistas. Después la izquierda se extraña de que en los barrios gays por excelencia se vote masivamente a la derecha. No sólo es que los homosexuales aparte de ser homosexuales, tengan sus propias ideas sobre los impuestos, la propiedad, la malversación, el paro, las rebajas de penas a los violadores, o los pactos con Bildu y los golpistas, sino que también votan su propia seguridad. A la vista está por lo que sucede en Francia que la izquierda multiculturalista no ofrece seguridad en general, y a los gays menos todavía en particular.

La multiculturalidad tampoco es precisamente una aliada de la mujer. Los propios datos del Ministerio de Igualdad ponen de manifiesto otra de esas cosas que no debemos saber, que es necesario tapar, de las que no está permitido hablar. Casi el 50% de las mujeres asesinadas en España lo fueron por personas de nacionalidad extranjera. Es casi un chiste que la izquierda sueltavioladores se atreva a decir que es la protectora del homosexual y de la mujer.

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Puesto que hablamos con un ojo puesto en lo que pasa en Francia, en la Francia republicana, en la estatalista Francia, en la multicultural Francia y en la laica Francia, conviene recordar a este respecto que se asesinan cada año a más del triple de mujeres que en España, la monárquica España, la retrógada España, la heteropatriarcal España, la católica España.

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Pero es que  Francia es un país muy rico y muy próspero y por ello es el espejo en el que pese a todo lo que estamos viendo todavía debiera mirarse España. Falso de nuevo. Vemos siempre a Francia desde abajo porque imitamos las políticas estatalistas de Francia. En los años 90 la renta per capita de Irlanda y España eran iguales entre sí y muy inferiores a las de Francia. 30 años después España sigue por debajo de Francia pero Irlanda casi triplica la renta de Francia y cuadriplica la de España. El modelo a imitar era la economía liberal de Irlanda, no la economía estatalista de Francia. De hecho, aunque los impuestos sean menores, como la renta es mucho mayor al final el presupuesto de Irlanda para Educación o Sanidad  es mucho mayor que el español o el francés, sin endeudamiento y sin déficit además. No hagas cada vez más grande el trozo de tarta que se lleva el gobierno, haz más grande la tarta: ese es el camino. ¿Y la tasa de paro en Irlanda? No llega al 4%. España se equivocó de modelo. Podríamos ser ahora un potencia mayor que Francia, pero elegimos el consenso socialdemócrata.

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https://datosmacro.expansion.com/paises/comparar/francia/irlanda

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Moraleja final: la izquierda seduce a la gente ofreciendo promesas que acaban siendo lo contrario de los resultados en el mundo real. A las mujeres y los homosexuales más inseguridad. A los humildes más pobreza. A los inmigrantes más marginación. A todos menos libertad. Vive la France!

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