Estamos de acuerdo con Joseba Santamaría: las luces navideñas de Maya han sido un fiasco

Si alguien piensa que los milagros navideños no existen, pues a ver cómo llama a esta inusitada coincidencia de criterio entre Navarra Confidencial y Joseba Santamaría. No además en un asunto cualquiera, sino en el de la iluminación navideña de Pamplona. O sea, el alcalde Enrique Maya recaba un reproche casi absoluto en este asunto, y es que las luces de Navidad de Pamplona son un truño. Primero por su escasez. El 90% de la ciudad permanece ajena por completo a la iluminación navideña. Segundo porque allí donde hay alguna luz navideña, debe ser la más anodina y mortecina fabricada en el mundo. Puede que sea por el compromiso y el complejo de intentar contentar a todos. A los que aman y celebran la Navidad, poniendo algo, y a los que la odian y no la celebran haciendo que lo puesto sea lo más parecido posible a no poner nada. Al final todos descontentos en vez de todos contentos, como suele suceder en estos casos. Sé valiente. Apuesta. Y por lo menos tendrás contento al 50%. Para empezar a los que te han votado, que a lo mejor llegan a las municipales con el mismo ánimo anodino y mortecino de volver a votarte que las luces que has puesto.

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Podría pensarse, ya que el artículo de Santamaría está fechado el 28 de diciembre, que es la inocentada del día. Pero no lo parece. Primero porque si es broma ese día hablas bien de Maya y de UPN, cosa que no hace, o tiras por el terreno de la acidez titulando “Las pocas luces de Maya”, y segundo porque es un artículo que retuitea el 29 de diciembre. De la lectura del mismo, además, no parece desprenderse que sea una broma. Bien es cierto que por una vez tiene tanta razón en todo lo que dice que si no es broma es magia. O acaso mejor milagro. Nos inclinamos por lo segundo. Vean que no exageramos.

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“Ha sido este fin de semana, el primero de jornadas festivas de las Navidades de este 2022, cuando con más tiempo para pasear, convivir por las calles de la ciudad y caminar para recibir a Olentzero cuando me he fijado en toda su dimensión de esos adornos sin luz ni alegría que aparecen y desaparecen de las calles de Iruña. Una Pamplona sombría y gris muy alejada de la Pamplona que se supone tienen que decorar las luces y los colores de la Navidad”.

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Y más aún:

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“No sé, ya sé que son cosas simples, pero las vives o no. Tampoco las vives siempre igual, claro, hay estados, realidades y circunstancias que hacen de las Navidades unas u otras. Pero es así. La base es creerlo y disfrutarlo. O lo contrario. Si apuestas por iluminar una ciudad para darle una imagen de alegría acorde con esa vieja y quizá ya nostálgica idea de la Navidad, lo haces bien. No esta chapuza.”

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Desde luego, si Maya en algún momento ha apostado por las luces menos luminosas del universos para intentar contentar a todos se ha lucido por todo lo alto, nunca mejor dicho:

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“Tampoco hace falta despilfarrar para ello tirando la Casa Consistorial por la ventana. No sé quien es el señor concejal o la señora concejala responsable de este desaguisado, pero hay que reconocerle que se ha esforzado al máximo para poner la guinda final al pastel de la suma de desaguisados que ha sido la gestión del equipo municipal de Pamplona estos últimos cuatro años. En realidad, si lo piensas bien mientras contemplas esas luces sin luz ni colores, concluyes que es el mismo quiero y no puedo que ha caracterizado la suma de fracasos y de promesas incumplidas de la alcaldía de Maya esta Legislatura”.

Unas luces que hacen bueno un artículo de Joseba Santamaría son imperdonables. Pero no centremos toda esta reflexión en Joseba Santamaria. Miremos otras ciudades. Que el PP tampoco son los Marines y este es el aspecto de la iluminación navideña de Oviedo. Y eso sin hablar de Vigo, caso que hablemos más de las luces que del sentido de las luces, pero luces a fin de cuentas.

Tampoco hace falta irse muy lejos de Navarra, ni siquiera de Pamplona, y tampoco salir de UPN para ver que otra iluminación es posible: la foto que ilustra esta noticia corresponde a Cizur Menor. Pediríamos a Maya que tome nota para el año que viene, pero el año que viene cualquier sabe. Que tome nota Maya… o quien quiera que sea su sucesor. Volvió Asirón y las luces de Navidad no fueron peor. Menudo epitafio político. Menudo carrerón.

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Un comentario

  1. Hombre, yo al señor (por decir algo) Santamaría le diría que no necesito luces para recibir al tal Olentzero. Para recibir a un tipo que dicen que es borracho, solterón (lo de MariDomigui es un bulo que nadie se cree), y que tras vivir aislado y solo entre alimañas quiere bajar a tocar la barriga de los niños pequeños, no se le recibe con luces, sino con escopeta con postas de sal.
    A ver si va a ser el Santamaría el que no tiene luces ni para tener un poco de respeto por lo que significa su apellido.

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