La incertidumbre de si la coalición Navarra Suma se reeditará de cara a las próximas elecciones se despeja a marchas forzadas. Hoy mismo Esparza propondrá a la ejecutiva que UPN concurra a las elecciones en solitario, dando por finiquitada la coalición.
Esparza apuesta por que UPN se presente en solitario a las próximas elecciones https://t.co/wie1dZBwsb pic.twitter.com/oCUiBtCJIe
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) December 12, 2022
No es que sea una decisión inesperada. Esparza ni ha perdido ocasión en los últimos meses para tratar de endosar la ruptura al PP, aunque fuera él quien la quisiera, ni ha sabido disimular la alegría que esa ruptura le producía. Por otro lado, la ruptura con el PP era una decisión cantada si era correcto el análisis de que Esparza no tenía otra guía que la “estrategia del quesito”, o sea el pacto con el PSN.
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O más que con el PSN, con el PSOE.
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La esperanza de Esparza es llegar a la presidencia a través de un mal resultado del PSOE en las elecciones autonómicas en toda España. Esparza espera que Pedro Sánchez, ante unos malos resultados autonómicos, fuerce un golpe de timón de cara a las Generales, se distancie de Bildu y le entregue el gobierno foral a UPN. Es por ello que Esparza no se esfuerza por ampliar su base electoral y por el contrario dinamita las alianzas y la unidad del centro derecha, piensa que llegará al poder no por méritos propios, no por aumentar su apoyo electoral, sino como una gracia del PSOE. Dice que quiere que las cosas no se decidan en Madrid ni en Bilbao, pero sí que pretende que se decidan en Madrid, en Ferraz. Particularmente porque el artículo 50.2 de los Estatutos del PSOE prevé que los pactos en Navarra los decida la militancia socialista navarra, que con un 89% apoyó el gobierno patxientstein. Esparza espera que Pedro Sánchez, además de dar un golpe de timón, fuerce los estatutos socialistas para imponer el apoyo del PSN a un gobierno de UPN liderado por Esparza. Todo esto es por supuesto mucho suponer, empezando por suponer que Pedro Sánchez quiera o pueda siquiera permitirse dar un golpe de timón, con malos resultados electorales o no.
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Desde luego Esparza parece dispuesto a poner todo de su parte para ser aceptado en el abrazo socialista. Esto ya lo vimos en la reforma laboral. Esparza necesita independencia absoluta del PP, no digamos de VOX, para poder pactarlo todo con el PSOE y contra el PP a cambio del gobierno foral. Es la teoría del quesito, nada nuevo que analizar.
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La ruptura de UPN con el PP es por otro lado lo que el PP podría estar esperando para ofrecer la entrada en sus listas a Sayas y Adanero, que a su vez es a lo mejor lo que estos esperan y lo que explicaría su silencio y su negativa a mover ficha por sí mismos en todo este tiempo. Lo cierto es que con Sayas y Adanero encabezando su lista el PPN le podría hacer daño a UPN en las elecciones forales, unas elecciones forales en las que también se puede prever la irrupción de VOX en el Parlamento. La mala noticia para Esparza, y para UPN si acepta la propuesta de Esparza, es que a lo mejor entre PSN y UPN no llegarían a sumar 26 diputados. Claro que a lo mejor Esparza en su camino a la Diputación ya contempla hasta meter a Geroa Bai en el quesito si resulta preciso.
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Desde luego si Esparza llegara hipotéticamente a la presidencia de la mano del PSOE sería un mero monigote de Pedro Sánchez. Todas las políticas del actual gobierno pentapartito quedarían consolidadas. Todo lo que defendiera Pedro Sánchez en Madrid, UPN tendría que refrendarlo con su discurso y con sus diputados. Lo que dijeran Irene Montero o Alberto Garzón tendría que defenderlo también UPN, porque el PSOE no va a poder gobernar en solitario ni después de las forales ni después de ningunas generales. La duda es si además también tendría que defender lo que dijera Rufián, porque o eres la alternativa a todo eso o eres parte de todo eso. Incluso aunque el quesito le pudiera llevar a Esparza hasta a la silla presidencial, Esparza tendría la silla y nada más que la silla, igual que ahora Chivite tiene la silla y nada más que la silla. Eso sí, al igual que a Chivite a lo mejor con eso a Esparza también le basta. El mensaje que Esparza pide a UPN que mande al electorado de centro derecha navarro es que deje de votar a UPN si quiere sacar del gobierno a la izquierda y a su recetario de políticas catastróficas.
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Un comentario
Demasiadas suposiciones (más bien supositorios) las que necesita Esparza para sustituir a Chivite como florero en el sillón presidencial. Es el handicap que tiene UPN por carecer de un líder con empuje y con ideas propias. No hay más que verlo luciendo en la solapa el «huevo frito» de la Agenda 2030: «en 2030 no tendrás nada pero serás feliz»; eso es lo que nos espera si logra su objetivo. Pero ahí lo tenemos, recordando sus viejos tiempos de portero de futbol, subiendo a la desesperada a rematar el corner en el último minuto para ver si suena la flauta.
Lo que no recuerda «Esparzica» es la sentencia que dictó Pedro Sánchez por boca de Cerdán: mientras dependa del PSOE, UPN nunca gobernará en Navarra. Y el «estirao» de la Moncloa miente como nadie, pero las sentencias las cumple.