Hay quien a la vista de los acontecimientos ya empieza a hablar de un equipo olímpico de opinión sincronizada. Porque efectivamente eso es lo que estamos viendo, un auténtico ballet, o un ejército que en vez de pensar responde a toque de corneta marcando el paso de la oca. La amnistía es inacepable, las focas aplauden. La amnistía es maravillosa, las focas aplauden. El problema es que esto no es un mero acto más en nuestro esperpéntico teatrillo nacional, sino un asunto fundamental.
Alcalá, Gran Vía, Cibeles… Y la manifestación era en Sol. Cerca de un millón de personas se han manifestado en Madrid. pic.twitter.com/3Fql4efhk3
— Javier Rubio Donzé (@Sr_Donze) November 12, 2023
Entre los socialistas partidarios de la amnistía habría que distinguir entre los que ya eran partidarios de la amnistía antes de que Pedro Sánchez ordenara aplaudir la amnistía, el 0,01% de los socialistas, y los socialistas que eran contrarios a la amnistía, el 99,99% de los socialistas. A ese 0,01% de socialistas que a lo mejor eran partidarios de la amnistía antes de que Sánchez ordenara aplaudir la amnistía hay que respetarlo. O sea, será discutible su postura, pero no que es una postura propia. El problema es el otro 99,99% de socialistas que piensan que la amnistía es buena o mala según les diga el partido que es buena o mala. El problema de estos es que no piensan, obedecen, es el partido el que piensa por ellos. Si el partido dice blanco, pues blanco; si el partido dice negro, pues negro. Si el partido dice hoy una cosa y mañana la contraria, pues hoy una cosa y mañana la contraria. La España que no piensa ya está en una dictadura socialista, y este es el problema fundamental con la izquierda que tiene España.
100.000 personas claman contra el golpe de España en Sevilla. pic.twitter.com/hsEI6pFfGZ
— Unai Laño (@LanoUnai) November 12, 2023
En una democracia, es el partido el que tiene que reflejar y responder a lo que piensan los simpatizantes. Por el contrario, cuando son los simpatizantes los que reflejan y responden a lo que dice el partido, aunque el partido hoy diga blanco y mañana negro, lo que sucede es que las personas renuncian a ser personas y pasan a ser termitas.
No se recuerda algo así en Valencia hace muchísimos años. pic.twitter.com/TgN90oSlRv
— Willy Tolerdo (@WillyTolerdoo) November 12, 2023
Aparte de los militantes y simpatizantes, estamos viendo cómo la legión de periodistas, tertulianos, analistas y opinadores varios de los terminales mediáticos del PSOE han cambiado también de opinión a toque de corneta según les ha marcado el paso desde Moncloa. Esto significa que, aparte de la Justicia, el cuarto poder que se supone que es la prensa se encuentra gravemente comprometido. Una cosa es que en un medio haya una mayoría de tertulianos o columnistas o analistas de izquierda, y otra que sean cacatúas o autómatas. La amnistía, sólo porque lo diga el Kim Jong-Un ibérico, no puede ser un día en algunas tertulias incompatible con el estado de derecho y que al día siguiente, porque el líder supremo haya cambiado de opinión, que en esas mismas tertulias se llame enemigos del estado de derecho y antidemócratas a los que no defiendan la amnistía.
La foto de Barcelona es bien clara pic.twitter.com/qMMyRcH1h8
— Carles Enric (@carlesenric) November 12, 2023
El problema con la dictadura sanchista que nos amenaza es que no estamos al principio de un proceso totalitario sino ante su culminación. No es que Sánchez vaya a implantar una dictadura y entonces en todas las tertulias se vaya a tener que jalear lo que haga Sánchez, y entonces todos los jueces vayan a ser sanchistas, y entonces todo el mundo vaya a tener que aplaudir a Sánchez como peleles. Lo que va a suceder es que como todas tertulias jalean a Sánchez, la Justicia ha sido colonizada por el sanchismo, y la mitad de los españoles aplauden a Sánchez como peleles haga una cosa o su contraria, a Sánchez ya no le queda ninguna oposición para convertirse en un gobernante totalitario.
¡Hasta en París! pic.twitter.com/K4Y17Alz82
— Ramón Pérez-Maura (@PerezMaura) November 12, 2023
Bueno, un poco de oposición sí le queda, por eso no convoca otra vez elecciones. Por eso se presentó a las elecciones diciendo lo contrario de lo que realmente iba a hacer. Porque pensó que si decía lo que realmente iba a hacer a lo mejor no conseguía la mayoría. Si alguien se presenta a las elecciones diciendo que va a hacer una cosa, gana las elecciones y la hace, a lo mejor tú eres un antidemócrata si no aceptas esa decisión. Pero si se presenta diciendo que no va a hacerla, y gana las elecciones diciendo que no va a hacerla, y en cuanto gana las elecciones la hace, ¿entonces quién es el antidemócrata? ¿Quién es el que está haciendo lo contrario de lo que votó la gente? ¿Quién es el que no se atreve a verificar en las urnas si los españoles le siguen o no le siguen en su giro radical de opinión? Las elecciones de julio fueron un referéndum en el que ganó el NO a la amnistía. El que no respeta el resultado electoral es Sánchez. El que necesita otras elecciones para avalar su cambio de opinión es él. El antidemócrata es él.
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2 respuestas
Dicen que si ni es por la Unión Europea seríamos ya una república bolivariana. ¡Es hora de Europa! Sin la dopamina de los 100.000 millones de euros Pedro Sánchez no aguanta ni un trimestre
El “sanchismo” es el responsable en nuestro país de una deuda pública y un déficit contable totalmente desbocados, pero se ha visto increíblemente beneficiado desde Bruselas y desde Frankfurt por su fidelidad ideológica a los axiomas de esa demencial y empobrecedora ortodoxia globalista que se nos quiere imponer, que ya nos están imponiendo. De otra forma, sin ese respaldo financiero a unas cuentas públicas tan desajustadas, Sánchez y sus “mariachis” habrían llegado a las puertas de las elecciones generales del pasado julio, en una situación mucho más desfavorable. Pero está claro que a la UE no le pone nerviosa el déficit ni el endeudamiento que pueda generar un gobierno “de su cuerda”, los temidos “hombres de negro” de Bruselas, guardianes de la fidelidad presupuestaria, ya forman parte de la historia, a la UE le hace temblar que pueda llegar a España un tipo de gobierno como el que ya tienen en Italia, Polonia o Hungría, que pudiera ser menos sumiso que P. Sánchez a la Agenda ideológica 2030. Enonces, ¿podemos seguir confiando en la UE en esta dramática situación política?. El “sanchismo” parece que sí.