Desde UPN se viene trasladando hace tiempo, cosa que lógicamente se ha acentuado en los últimos días de cara a las elecciones, la idea de que el dilema en esta cita con las urnas se limita elegir entre UPN o Bildu. El voto útil contra Bildu sería UPN y sólo UPN. ¿Pero es real este dilema?
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De entrada parece poco probable que UPN vaya a obtener 26 diputados, así que la alternativa a Bildu tendría que ser UPN y algo más. UPN y PSN, por ejemplo. Pero si el PSN condicionara a un futuro gobierno de UPN tanto como es de temer y como Bildu condiciona al gobierno presente, entonces la alternativa no sería Bildu o UPN, sino Bildu o PSN. O sea, ya vemos que una cosa es presidir y otra gobenar. Bildu no preside pero gobierna. ¿UPN presidiría o gobernaría? Muchos votantes de centro derecha buscan una alternativa a UPN precisamente para evitar la resurrección del quesito y la perpetuación en el poder de los socialistas. No puede ser que todos los platos de la carta lleven mayonesa o que en todos los gobiernos tengan que estar los socialistas. Que siempre estén los socialistas en el poder es casi una dictadura.
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No tiene mucho sentido tampoco tratar de votar en función del resultado que pensamos que puede producirse. Es decir, lo lógico es que el resultado sea la consecuencia de los votos, siquiera porque primero se vota y después se produce el resultado, y no pretender que el voto sea la consecuencia de una aventurada previsión del resultado. Si no sabe lo que va a votar todo el resto del mundo, vote como si fuera el único votante del mundo. Si nos ponemos todos a votar en función de lo que puede votar el de al lado no tendremos ningún votante que vote con criterio propio. ¿Quién sabe por otro lado seguro el resultado hasta que se cuenta el último voto? Las encuestas que nos muestran, precisamente, suelen tener como finalidad por parte de quien las publica el inducirnos a pensar cuál debe ser nuestro voto en función de lo que se supone que van a votar los otros.
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Obviamente no seremos tan ingenuos como para pensar que Por Un Mundo Más Justo puede obtener inesperadamente 26 diputados, y que por tanto cualquier resultado es posible o por lo menos igual de probable, pero reducir las alternativas a Bildu o UPN parece un poco excesivo.
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Ahora mismo la única posibilidad de que Bildu quedara fuera del gobierno, salvo un resultado totalmente sorprendente, sería un nuevo escenario en el que el PSOE bajo ningún concepto volviera a aceptar acuerdos con Bildu. Ese escenario resulta sumamente improbable, tanto que Zapatero ya diseñó un futuro en el que los socialistas no podrían gobernar sin Bildu cuando aún el PSOE podía aspirar a obtener 169 diputados. Si por otro lado se produjera ese escenario, entonces habría un gobierno alternativo pero por ese cambio de escenario, no por los votos que tuviera UPN o porque hubiera más fuerzas en la derecha además de UPN. Hasta que se demuestre lo contrario, por tanto, lo que tiene que hacer la derecha es trabajar por una mayoría alternativa, no por un escenario en el que el PSOE renuncie a los pactos con Bildu. Formar una mayoría de derechas alternativa es sólo muy difícil; pretender que el PSOE renuncie a sus socios, incluyendo a Bildu, y con ello al poder, es casi imposible.
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Llegados a este punto voto útil es como mucho cualquiera que pueda obtener representación. Esto por lo que se refiere al Parlamento de Navarra resulta relativamente sencillo. La barrera de entrada al Parlamento de Navarra es el mínimo exigido del 3% de votos, que con una participación como la de 2019 rondaría los 10.000 votos. Ningún partido que pueda obtener más de 10.000 votos se queda sin representación en el Parlamento de Navarra. En este sentido parece obvio que UPN no es en absoluto la única opción del votante navarro de centro derecha. El PP superó la barrera cuando se presentó en solitario en 2015, obteniendo 2 diputados, y VOX obtuvo casi 20.000 votos en Navarra en las Generales de 2019. El problema que tiene VOX es explicar a esos 20.000 navarros que le votaron que tiene mucho más sentido votar a VOX en las elecciones forales, en las que se reparten 50 escaños, que en las generales en las que en Navarra se reparten sólo 5. Si esos 20.000 navarros que votaron a VOX en las generales lo votaran en las forales la formación verde entraría en el Parlamento de Navarra con al menos 3 diputados.
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Por supuesto útil es no sólo votar al que puede llegar, sino también al que llega con un para qué. Si se llega al gobierno sin un para qué, es igual no llegar.
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