Es curioso que María Chivite intente victimizarse por su condición de mujer. Es decir, precisamente en Navarra hace mucho tiempo que un hombre con pene no preside la comunidad. Concretamente, hace 13 años que a los navarros nos gobierna una mujer, desde que Miguel Sanz dejó la presidencia en 2011. Es más, nos han gobernado mujeres de todos los signos. Lo raro ya casi es que no nos gobierne una mujer.
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Desde puta, hija de puta y fulana hasta burgalesa a Yolanda Barcina se le dijo de todo. Pero nadie dijo que eso era machismo y xenofobia. Si era contra Barcina todo valía. Los mismos que ahora se rasgan las vestiduras coreaban aquellos insultos. Los mismos que ahora se rasgan las vestiduras son los compadres de los que coreaban aquellos insultos. Si se les pregunta, presumirán de ser los más progresistas y feministas.
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Por el contrario, parece que nada vale contra Chivite. No hay forma de criticar a Chivite y su gobierno sin convertirse en un machista, en un negacionista, en un xenófobo, en un homófobo, en un transfobo, en un insolidario o un euskarófobo. Están los que aplauden a Chivite y los que bordean el delito de odio. Están las noticias buenas para el gobierno y las fake news. Ojo con no aplaudir al gobierno o con ofrecer noticias sobre Navarra que desmonten el relato oficial.
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Hasta la propia Chivite entenderá que muchos que le critican a ella son personas que simpatizaban con Barcina. O sea, que el problema que tienen con Chivite no es que sea mujer, sino que sea una incompetente, que viva en una burbuja, que esté entregada a unos socios que manejan recetarios liberticidas, empobrecedores y antinavarros, o que últimamente parezca que se le haya subido a la cabeza el cargo de presidenta y acepte con tantos problemas las críticas. Tampoco sería tan raro siendo su referente superior Pedro Sánchez.
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En teoría se puede criticar al gobierno, pero en la práctica cada vez es más complicado. El derecho teórico a criticar al gobierno está ahí, pero la concreción específica de una crítica contra el mandarinato cada vez parece estrecharse más. Sin embargo, lo único que no es un problema con Chivite es que sea mujer. Eso por lo que ahora ella se victimiza es precisamente lo único con lo que nadie tiene un problema, lo único de Chivite que no está mal.
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Tan no es problema que Chivite sea una mujer que la sucesora de Chivite bien podría ser otra mujer. Si el sucesor de Chivite es un hombre con las mismas ideas (o la falta de ellas) que Chivite estamos perdidos. No es importante el género del próximo presidente o presidenta. Lo importante es que tenga las ideas correctas, que vuelva a arrancar a Navarra y que nos saque del pozo en el que nos está metiendo Chivite. Cuando Chivite llama machistas a los que le critican por sus políticas y no por su género no está defendiendo a la mujer, está atacando la libertad. Todo ello sin perjuicio de que se deba criticar a Chivite (material y argumentos hay de sobra) con educación y sin faltar.
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