El terrorismo islamista no existe

¿Cuántos atentados terroristas de carácter islámico han tenido lugar en Europa y Estados Unidos durante las últimas fechas? En realidad es difícil saberlo. Hace unos días en Alemania un inmigrante saudí atropellaba a una multitud en un mercadillo navideño provocando varias víctimas mortales, pero como fingía ser anti-islamista se nos intentó vender la trola de que era un islamófobo que simpatizaba con la extrema derecha. Si hubiera sido un anti-islamista, lógicamente, hubiera atropellado a la gente que salía de una mezquita y no a la que compraba en un mercado navideño, pero que la realidad no te fastidie el relato. Hay que juzgar al terrorista por su capa de camuflaje en vez de por sus actos. La cosa no sería tan llamativa si no formara parte de una constante que trata de tapar todo atentado islamista. El inmigrante árabe que se pone a apuñalar o a atropellar gente en las calles européas o estadounidenses es un loco, no un yihadista. Hemos conocido en los últimos días varios casos más de apuñalamientos y de atropellos pero han merecido escasa atención y han sido sepultados por la avalancha informativa, de ahí la dificultad de un recuento. El pequeño atentado yihadista no existe. Cuando el atentado alcanza proporciones medianas se camufla como se puede. Se reconoce un atentado yihadista sólo cuando ya no queda remedio. Lo primero ante un crimen cometido por un inmigrante árabe con vehículo o arma blanca es tachar de fascista a todo aquel que empiece a hablar de terrorismo. El problema no es el islamismo, es la islamofobia, aunque sea mucho más seguro en Europa ir a una mezquita que a un mercadillo navideño.

Es en este contexto en el que han tenido lugar en las últimas horas en Estados Unidos varios ataques, al parecer coordinados al menos algunos de ellos, de indudable carácter yihadista. Aunque ahora ya se reconocen oficialmente como tales, la situación fue al inicio tan esperpéntica que se negó el carácter de atentado yihadista incluso a uno (el de Nueva Orleans) en que el autor llevaba en su coche una bandera del ISIS. Es el propio terrorista islámico el que tiene que hacer esfuerzos inusitados para que los medios de progreso reconozcan su naturaleza. Para que no se cuestione la naturaleza islamista de un atentado, la magnitud debe ser enorme y la evidencia clamorosa. Los titulares por lo demás suelen resultar de lo más significativos en gran parte de los medios. Las víctimas no son asesinadas sino que “mueren” o “fallecen”, como cuando alguien tiene un accidente o sufre un infarto, y no hay un terrorista que mata sino un coche que atropella o embiste, como si para que el atentado fuera islámico el yihadista tuviera que ser el coche en vez del conductor.

Uno de los atentados, el sucedido en Las Vegas, ha tenido lugar a la entrada de un hotel propiedad de Donald Trump y ha sido cometido usando un Tesla como coche bomba. Afortunadamente el único fallecido ha sido el propio conductor, ya que la arquitectura del Tesla elegido para el atentado focalizó toda la explosión hacia arriba del vehículo. En todo caso la sombra del atentado vuelve a flotar sobre la persona de Trump y ahora también sobre la de Elon Musk. En este momento Trump es blanco potencial de todos los chiflados de la extrema izquierda woke y de todos los chiflados del Islam. No dejemos de subrayar el número de veces por el que se multiplican tus posibilidades de ser asesinado, siendo un político, cuando te enfrentas a la izquierda global.

¿Por qué hay que tapar los atentados islamistas? Por la misma razón por la que hay que intentar tapar en las noticias el origen de los delincuentes cuando es extranjero. Porque hay un problema y el que intenta tapar la información se sabe responsable político de ese problema. La excusa es que informando sobre la realidad crece el apoyo a la extrema derecha, lo cual es un argumento bastante insólito. ¿Nadie se pregunta por qué hay que censurar la información para que no crezca la extrema derecha? ¿Por qué crece la extrema derecha ante el crecimiento de ciertos fenómenos? ¿Y por qué se produce el crecimiento de esos fenómenos? Es como si el crecimiento de esos fenómenos diera la razón a la extrema derecha y por tanto hubiera que negarlos. Es como si el crecimiento de esos fenómenos evidenciara que la izquierda se está equivocando y hubiera que taparlos para negarlo. El problema es que negando y tapando los hechos por un lado, y manteniendo por otra parte las políticas que dan lugar al crecimiento de esos fenómenos, el conflicto entre la izquierda y la realidad cada vez es más insostenible. Quizá la izquierda no se haya dado cuenta todavía pero, aunque pueda costar más o menos, la realidad gana siempre. Lo que se está dilucidando es la magnitud que tendrá ya el problema cuando de una vez no haya más remedio que afrontarlo en vez de negarlo.

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