Hemos vivido, otra vez, una situación muy extraña e inquietante respecto a los atentados del terrorismo islámico en Europa. Por un lado otro atentado islamista más en Alemania contra contra un mercadillo navideño. Decimos otro atentado islamista más contra un mercadillo navideño porque empiezan a ser tradición los atentados islamistas contra los mercados navideños en Alemania. Usar un coche como arma homicida tampoco es novedad.
El atentado en sí es el hecho fundamental, pero no se le puede restar importancia ni preocupación a la reacción frente a este atentado. Estamos entrando en una fase en la que no se puede admitir la existencia de atentados yihadistas. Irónicamente, los beneficiarios de los atentados del 11m a título electoralmente lucrativo ahora niegan la existencia del terrorismo islámico. ¿Qué sería si no lo próximo? ¿Reconocer que tenemos un problema de seguridad? ¿Establecer una relación entre los atentados e inmigración?
De este modo llegamos al esperpento de que el yihadista que comete el atentado contra quienes específicamente celebran una festividad cristiana, de forma surrealista, los medios woke lo convierten en un anti-islamista que simpatiza con la extrema derecha. Al parecer, el problema es que el terrorista no iba diciendo por ahí que era un terrorista, que por otro lado es lo lógico en un terrorista que no sea retrasado mental. Es más, es que eso predica la estrategia yihadista de la taqiyya. En el Islam está permitido adoptar una apariencia anti-islámica para hacer la guerra santa infiltrándose entre los infieles. Tampoco tiene nada de especial. Lo raro sería que un espía infiltrado del Mossad se pusiera a celebrar entre los yihadistas el sabbath, o que un espía aliado no levantara el brazo para saludar a Hitler. Lo que la Gestapo nunca aceptaría como excusa es que el espía pillado in fraganti con los códigos de Enigma no era un espía porque saludaba a Hitler con entusiasmo.
A la gente al final se le tiene que juzgar por sus actos. Si un tipo de SOS Racismo se carga 20 negros, no es que no fuera racista, es que te la estaba colando. Si después de que un terrorista islámico cometa un atentado contra un mercado navideño todavía te sigues creyendo su capa de camuflaje, eres muy tonto. Eres muy tonto o bien mientes para negar una evidencia que cuestiona tu discurso político. La cosa en el fondo es sin embargo bastante sencilla: si matas negros, eres racista; si matas judíos, eres antisemita; si matas mujeres, eres machista, pero por alguna delirante razón si matas infieles explota la lógica y no eres islamista, eres la extrema derecha.