España necesita 200.000 inmigrantes al año hasta 2050 para mantener el estado del bienestar. Esto es por lo menos lo que nos dice el gobierno por múltiples canales y portavoces, como en este caso Elma Saiz, la ilustre ministra Inclusión, Migraciones y Seguridad Social.
Casi nadie ignora, y si lo ignora es porque no quiere informarse, que nuestro actual sistema de pensiones, basado en un sistema de reparto, sigue un esquema piramidal. Es decir, se basa en que los de arriba cobren ampliando constantemente la base de los que pagan por abajo. El sistema funciona en la medida en que la población crezca constantemente y haya al menos por cada pensionista dos o tres personas trabajando. El problema es que cuando se estableció el sistema había casi 10 personas trabajando por cada pensionista y que las parejas tenían más de 3 hijos de media.
Ni siquiera el gobierno ignora sin embargo algunos problemas. De este modo, lo mismo que nos dice que necesitamos cada año 200.000 inmigrantes para mantener el estado del bienestar, nos dice que necesitamos 6.000 médicos más para atender a los inmigrantes que vienen a garantizar el estado del bienestar.
Al parecer, resulta que entre toda esa oleada masiva de inmigrantes que llegan cada año saltando una valla o desembarcando de una patera, hay pocos médicos. Lo cual pone de manifiesto otro problema del que no nos habla nunca el gobierno. ¿No nos repiten constantemente que la educación es muy importante y que el nivel de desarrollo de España, los salarios y la productividad dependen de la formación de los españoles? Entonces, ¿cuál es nuestro futuro si nos vamos a nutrir de oleadas de inmigrantes que no tienen ninguna cualificación y que han recibido una educación en su país de origen que no equivale en España ni a la educación más elemental?
La educación no sólo es importante en términos económicos. También lo es en términos culturales. Una persona formada es menos probable que sea un marginal o un delincuente. Una persona formada también es más difícil que sea manipulada por los políticos populistas o por sus tentáculos mediáticos. ¿Qué futuro estamos promoviendo entonces al importar oleadas de inmigrantes con un nivel de cultura y formación africana? ¿O a la izquierda le preocupa más importar votantes que cotizantes?
Si de lo que por otro lado se trata es de cubrir con inmigrantes el hueco que deja la baja natalidad española, a lo mejor tiene sentido atender al tipo de inmigrantes que mejor se integra en nuestra cultura, menos conflictos genera o más aporta en términos de cualificación y adaptación económica. En este sentido, a la vista de la nacionalidad de los cotizantes, hacen falta el doble de marroquíes que de venezolanos para obtener el mismo número de cotizantes. Saque cada cual sus conclusiones. O no las saque, si tiene mucho miedo de que le llamen fascista, xenófobo o matemático.