El pico del Rubi a la Jenni

Que el tema del verano a nivel mediático haya sido el pico del “Rubi” a la “Jenni” dice de nosotros una de estas dos cosas. O que el país es un remanso de paz tan inmenso en el que suceden tan pocas cosas inquietantes que por eso esta ha sido la noticia principal, o que estamos todos como un cencerro. O sea, que estamos como un cencerro. Y como estamos como un cencerro, el país está para ingresarlo en una clínica de desintoxicación.

X

Existe un consenso casi absoluto en que Rubiales es un impresentable. Un gañán que tenía que haber sido cesado hace años por cualquiera de los graves asuntos que vienen salpicando su gestión. En realidad resulta un tanto surrealista que la cabeza de Rubiales vaya a rodar por un pico y no por todo el resto de asuntos que afectan a su trayectoria. En caso que ruede, que esa es otra cuestión.

La impunidad de Rubiales y su sueldo son la evidencia de que los españoles y la burocracia del sistema ya no caben en la misma habitación. ¿Cuántos Rubiales hay por ahí blindados en un cargo casi inamovible y un sueldo de 675.000 euros adornado con otras muchas prebendas? ¿Cuántos estados dentro del estado y cuántos Rubiales tenemos sueltos cobrando por ahí? ¿Cómo de patán hay que ser para atraer el foco sobre uno repartiendo picos, alzando jugadoras y agarrándose los huevos en vez disfrutar discretamente del mandarinato hasta llegar a la jubilación? ¿Cuántos personajes tenemos en España atrincherados en abstrusos entramados público-privados gozando de sueldos a los que jamás podrían aspirar fuera de esos incomprensibles entramados?

X

El consenso sobre la reprobación de Rubiales se rompió sin embargo en seguida por elevación, cuando la mesnada feminista decidió politizar la cuestión. Estábamos ante una agresión sexual en toda regla. Cárcel para Rubiales, no bastaba la dimisión. Una cosa es dar un golpe de estado y otra plantarle un pico a una mujer, lo segundo no tiene perdón.

X

La exageración del relato llegó a tal punto que poco a poco fueron aflorando vídeos en los que las propias jugadoras, incluyendo la protagonista, comentando el beso lo habían celebrado con jocosidad. ¿Cómo iba a ser una agresión sexual, equiparable a una violación, algo sobre lo que la propia afectada y sus compañeras habían estado bromeando? ¿Se habían reido las futbolistas de la agresión sexual a su compañera? ¿Teníamos que tomarnos todos en serio la “agresión sexual” menos la afectada y sus compañeras?

No se trata de relegar el pico de Rubiales a una anécdota intrascedente. El beso de Rubiales fue totalmente inapropiado y le hace acreedor de su relevo, como su agarre de huevos. Pero eso es una cosa y una agresión sexual merecedora de pena de cárcel es otra. De hecho, por grave que fuera el beso más grave fue el linchamiento posterior. Imaginemos que un chico le toca el culo a una chica en un bar y los amigos de la chica lo matan cosiéndolo a navajazos. No es que tocar el culo a la chica hubiera estado bien, pero lo otro es peor. Algo parecido pasa con Rubiales. Lo que hizo estuvo mal, pero la normalización de que el gobierno pueda hacer señalamientos y protagonizar linchamientos extrajudiciales es mucho peor aún.

X

Durante las horas siguiente al pico, en los medios las actitudes oscilaron entre la interpretación jocosa de la Sexta y el reproche moderado nivel 16. Sin embargo, el gobierno impuso al día siguiente un relato absolutamente indiscutible y un nivel de reproche 466.

En definitiva, en torno al pico del Rubi a la Jenni hemos podido contemplar 3 hechos rechazables y preocupantes, pero de los que el pico -siendo rechazable- es con diferencia el menos rechazable y preocupante de los tres. Mucho más rechazable y preocupante que el pico es que el gobierno pueda organizar un linchamiento extrajudicial o que pueda imponer a todos los medios y opinadores de las cadenas de radio, prensa vegetal y televisión un relato indiscutible, inmatizable y monocolor. Se puede defender a las mujeres de los picos inapropiados sin dejar a las mujeres y a los hombres sin derecho a no ser señalados por el gobierno o sin derecho a no poder opinar distinto de lo que diga el poder. Lo que hizo el gobierno aparentando defender a Jennifer Hermoso, o aprovechando la defensa de Jennifer Hermoso, fue reforzar la sumisión de todos los españoles -incluyendo por supuesto las mujeres- al dictado del poder. El caso del pico se acabó convirtiendo en una demostración de cómo el gobierno puede convertir en obligatorio e indiscutible respecto a su gravedad, incluso contra los testimonios y las pruebas gráficas, el relato sobre un pico o, y ahí está lo verdaderamente preocupante, sobre cualquier otra cuestión.

X

X

Compartir este artículo

Un comentario

  1. Pues acaban de cesar al entrenador tras haber ganado el máximo galardón mundial de la competición.

    Bonito país no s van acabar dejando

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.

Suscríbete a nuestro boletín