El PNV ha debido ser muy bueno el año pasado, porque el Olentzero le trajo nada menos que un palacete en París valorado en 15 millones de euros. Un palacete propiedad del estado español en el que además se encuentra la sede del Instituto Cervantes. En adelante, el Instituto Cervantes le tendrá si acaso que pagar una renta al PNV para poder seguir manteniendo su sede. Y Olentzero, ¿de quién depende? ¿Tiene Olentzero por casualidad un hermano director de orquesta? Y su pareja, ¿no se llamará Begoña en vez de Mari Domingui?
El PNV alega que no se trata de un regalo sino de una devolución, acorde a las leyes de memoria histórica, y que el palacio en París era propiedad legítima del PNV hasta que los nazis ocuparon Francia, momento en que los nazis entregaron el palacio al gobierno franquista. Estaríamos por tanto ante una mera restitución legítima.
No está sin embargo tan claro el relato del PNV. Husmeando en la hemeroteca nos encontramos con que este asunto del palacio parisino no es una reivindicación novedosa de los peneuvistas. De este modo, en 2007 era Jaime Ignacio del Burgo, allá por los tiempos de Zapatero, el que en el Congreso respondía sobre esta cuestión al portavoz del PNV, aportando algunos datos que ahora arrojan sobre la noticia alguna luz al respecto.
De este modo, del Burgo señalaba que “Este inmueble nunca fue propiedad del Partido Nacionalista Vasco, sino del Gobierno vasco en el exilio; precisamente por ello el Estado francés lo entregó al Estado español en 1951 por pertenecer a una institución de la República española cuya existencia legal había dejado de existir”. Las palabras del diputado navarro, de ser ciertas, refutarían la idea de que fueron los nazis o el gobierno de Vichý el que le entregó el palacio al gobierno español.
Del Burgo, además, indicaba el hecho de que en la propia web del gobierno vasco se indicaba que el palacio no había sido propiedad del PNV sino del gobierno vasco: “les invito a entrar en la página web oficial de la presidencia del Gobierno vasco, a la que supongo que el PNV dará cierto crédito. En ella, en la página de la Lehendakaritza, se informa que el edificio de París, una propiedad —y cito literalmente— que nunca ha sido devuelta a la Administración vasca, fue adquirida por el Gobierno vasco gracias a las relaciones de varios expatriados. Es pues el propio Gobierno vasco el que desmiente al Partido Nacionalista Vasco en su pretensión de considerarse propietario del palacete”.
Respondiendo a don Jaime Ignacio del Burgo, Aitor Esteban expresaba desde la tribuna que “Respecto al tema de la avenue Marceau, que si no era del partido sino de su Gobierno, no se preocupe, señor Del Burgo, que eso ya se resolverá, habrá que demostrar de alguna manera a quién pertenecía”. Por el contrario, se le ha entregado al PNV el palacio por decreto, sin procedimiento que lo avale y por gracia de Pedro Sánchez.