El PP, con Feijóo al frente, lo tiene complicado
Demoler el sanchismo es sólo la mitad del problema, la otra mitad es construir una alternativa. De hecho, lo primero sólo puede llegar de la mano de lo segundo. En este sentido el PP ha dado en las últimas fechas titulares como para poder confirmar un análisis preocupante. ¿Es Feijóo el hombre adecuado para conformar una alternativa al sanchismo? ¿Y cómo o en torno a qué mayoría va a hacerlo?
Las encuestas, con todas las reservas que nos merecen las encuestas, insistentemente presentan un estado de opinión entre los españoles mayoritariamente contrario al sanchismo. Hace tiempo que probablemente el sanchismo, aunque tenga una problemática mayoría parlamentaria, gobierna frente a una mayoría social en la calle. En muchas comunidades autónomas la precariedad popular del sanchismo es notable. El sanchismo por otro lado se mantiene gracias a apoyos que no simpatizan con Sánchez. El gobierno se mantiene gracias a los apoyos de los partidos nacionalistas de dos comunidades en las que tampoco Pedro Sánchez es un personaje popular. Sólo hay una comunidad en la que el PSOE gobierna con mayoría absoluta y la lidera justamente el único líder socialista crítico en alguna medida con el sanchismo. Si alguien desde luego se cree los malos resultados de Pedro Sánchez en las encuestas es el propio Pedro Sánchez, dispuesto a lo que sea ante el cerco político y judicial al que se enfrenta menos a convocar elecciones. Obviamente el sentimiento de Otegui, de Junqueras o de Puigdemont hacia Sánchez seguramente no se podría calificar de afecto. Ni siquiera hay afinidad ideológica, sólo comercio. La impopularidad de Sánchez se explica por tanto perfectamente, puesto que a fin de cuentas es un presidente cuyos cimientos sólo son un 31% de votos. La buena noticia para Feijóo es por tanto que existe una mayoría alternativa de cara a la siguiente cita con las urnas. ¿Pero cómo afronta Feijóo ese futuro escenario?
El líder del PP ha vuelto a evidenciar una vez más su incapacidad para mojarse y comprometerse con un escenario. Pretende sacar adelante sus propuestas coincidiendo pero no negociando. Apoyándose unas veces en unos y otras veces en otros, sin pactar con ninguno. Evidentemente esto limita mucho tanto la cantidad de cosas que se pueden sacar adelante como la estabilidad de los apoyos. Alternativamente, lo lógico parecería llegar a acuerdos de gobierno amplios y estables con otras fuerzas. Lo que sucede es que ese tipo de acuerdos requieren una negociación, unos pactos y la asunción de que para poder formar gobierno tienes que renunciar a una parte de tu programa y aceptar una parte del programa de tus socios. Feijóo sin embargo pretende obtener sus apoyos de forma gratuita, sin contrapartidas, sin acuerdos marco, como si tuviera mayoría absoluta. ¿Cúal es el problema de fondo? El complejo de Feijóo a que le llamen ultraderechista por pactar con VOX. Lo que nos lleva por otra parte al problema con Mazón.
Aunque al PP le va aparentemente bien en las encuestas, en la medida en que sigue siendo de momento el partido más votado de una mayoría alternativa al sanchismo, el caso es que según la última encuesta le faltan 26 escaños para alcanzar la mayoría absoluta, debido al ascenso de VOX. De este modo, los 151 diputados del PP y los 42 de VOX obtendrían una holgada mayoría absoluta, pero de ninguna manera en cambio Feijóo podría alcanzar una mayoría alternativa con los votos de PNV (5) y Junts (8).
Las palabras de Cuca Gamarra alabando fuera de toda mesura a Mazón tras su catastrófica gestión de la riada muestran las limitaciones de este PP que se avergüenza de VOX. ¿Por qué el PP mantiene a Mazón pese a la sangría de votos y el coste en impopularidad a escala autonómica y nacional? ¿Qué sentido tiene preservar la cabeza de Mazón? El ascenso de VOX, ¿no tiene nada que ver con la mala gestión de la DANA por toda la parte de esa gestión que le tocaba a Mazón? El problema de que dimitiera Mazón es cómo nombrar sucesor. Para investir a un sucesor, el PP necesitaría el apoyo de VOX, salvo que quisiera apoyarse en el PSOE. Así que Feijóo tiene que mantener a Mazón y asumir el coste electoral de no exigir su dimisión por su incapacidad. Si mantienes a Mazón, por consiguiente, tienes que hacer de la necesidad virtud y sacar a Cuca Gamarra a contar a todo el mundo lo maravillosamente bien que ha hecho las cosas Mazón.
¿Cuál es el drama de Feijóo? Que le aterroriza VOX. En realidad no tanto le aterroriza VOX como que la izquierda no le valide, porque es un acomplejado. Lo malo de marcar distancias con VOX es que esto precisamente hace más fuerte a VOX. Primero porque, como hemos visto, un VOX fuerte impide la tentación de una mayoría entre el PP, Junts y el PNV. El voto útil para evitar una monstruosidad semejante es VOX. Segundo porque para desactivar a VOX, el PP tendría que arrimarse a VOX. Por el contrario, cuanto más a la izquierda se escora el PP, más espacio electoral le deja VOX. Cuanto más Feijóo es Feijóo, mejor para VOX. Cuanto más se aleja Feijóo de VOX, más lo necesita porque lo hace más grande. Este el irónico laberinto en el que se encuentra encerrado Feijóo.
2 respuestas
Es incomprensible oír a la cúpula del PP, salvando pocas excepciones, pensar en negociar con el PNV o con Junts, incluido Feijoo. ¿Se puede ser más incoherente? Mal que les pene, VOX se ha nutrido esencialmente de disidentes del PP, disconformes con su acercamiento al PSOE y a los nacionalistas, así como a la falta de voluntad de retrotraer leyes sectarias. Ante la falta de una izquierda ortodoxa, la actual es comunista, bolivariana, sanchista o separatista es muy difícil llegar a acuerdos entre los bloques predominantes, como se ha hecho en otros países europeos. Por ello el PP tiene muy difícil gobernar el sólo y debería plantearse, como bien se apunta en el artículo, su estrategia con VOX, pensando en España y los españoles y quitando complejos absurdos. También es cierto que la estrategia de VOX, visto lo visto, es no participar en gobiernos del PP y asumir acuerdos puntuales en cada momento según situación, momento e ideología.
Alguien en VOX tomó una decisión hace unos meses con respecto a la comunicación política, basándose en batalla de las ideas y no salirse de las cuatro ideas principales:
1.- Se está gastando mucho dinero en inmigración masiva y descontrolada que hay que parar a toda costa
2- Denunciar el estado de las autonomías, además de caro ha demostrado que no sirve para nada en caso de una catástrofe natural como se ha visto en Valencia este año, se ha malgastado el dinero público en muchas idioteces para no gastar en infraestructuras tan necesarias en caso de catástrofe muy del régimen del 78
3.- Luchar contra la imposición educativa de cualquier lengua regional española (todas de usos rural y minoritario siin excepción) Exigiendo una ley del español que impida que unos padres ni puedan educar a sus hijos íntegramente en español y evitando la discriminación para el empleo público de todos los españoles que no hablen ninguna de esas lenguas regionales españolas
4.- Centralizar al máximo la administración pública para ahorrar costes incrementar la eficiencia de la administración
Lamentablemente no hay ya liberales en VOX por lo que nunca les votaré, ¡Qué coño! Votar es de idiotas, los verdaderos anti sistemas defraudamos a hacienda en cuanto podemos