El intermediario que se forra encareciendo los productos del campo es el gobierno

El gobierno tiene que mandar balones fuera porque, ¿a quién va a culpar la gente si no de los problemas del campo o de las subidas de los precios de los alimentos? Así que o comodín de Franco o comodín de Mercadona, y como el de Franco en este caso no cuela pues toca el de Mercadona.

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En realidad tampoco es que tengamos la vocación innata de defender a Mercadona, pero si la verdad pasa por defender a Mercadona pues habrá que defender un poco a Mercadona. No de todo, porque seguro que Mercadona hace cosas mal, pero sí de la pelota que el gobierno le trata de pasar.

En 2022 Mercadona tuvo un beneficio de 718 millones y una facturación de 31.041 millones. O sea que, grosso modo porque en estas cosas siempre habría que afinar, el margen de beneficio de Mercadona es sólo del 2,3%. Si Juan Roig invirtiera en deuda pública 31.041 millones ganaría lo mismo con menos riesgo y con menos esfuerzo. Y sin crear un sólo empleo. Por otro lado, ¿se puede pensar que alguien que obtiene un 2,3% sobre sus ventas es un explotador que maneja márgenes brutales y que vende a 10 lo que les compra a los pobres productores a 1?

Hay conceptos básicos de economía, como la inflación, la Curva de Laffer o la cadena de valor que resultan sistemáticamente ausentes en la formación de todos los políticos y tertulianos de izquierda, no digamos en los tuiteros. Si el agricultor vente un producto a 1 euro, pongamos por caso, ¿por qué acaba costando 10 en el lineal del hipermercado? Y si el hipermercado vende a 10 lo que el agricultor vende a 1, ¿por que su margen es sólo del 2,3%?

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Evidentemente si lo que se compra a 1 en origen y se vende a 10 en el híper sólo genera 23 céntimos (un 2,3%) al vendedor final es porque entre medio han hecho falta 9,77 euros para conseguir que ese producto llegue del campo a la caja registradora. Es decir, ha habido que pagar entremedio a diversos transportistas, almacenistas, vigilantes, limpiadores, reponedores y por supuesto a la cajera. Ha habido que seleccionar los productos, ordenarlos por calidades y tamaños, envasarlos y desechar los que estaban deteriorados. En ese proceso se ha consumido luz, combustible, calefacción, frogiríficos, se han pagado seguros, salarios, cotizaciones sociales, impuestos… Las naranjas que salen del campo a un precio 1 no llegan por arte de magia al hipermercado. A eso se llama la cadena de valor. Y en realidad nadie “se forra” a lo largo de ese proceso aunque al final paguemos por esas naranjas un precio 10. ¿Nadie? Bueno, sí, se forra el gobierno.

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Si al menos en un régimen de libre competencia (o el problema sería la falta de copmpetencia) hablamos de un intermediario que se forra es siempre el gobierno. Por eso resulta de lo más irónico ver a miembros del gobierno señalando a las empresas como las responsables de lo poco que cobra el productor en relación al precio final de un producto. En todo el proceso que hemos descrito en cada parada hay un actor distinto que cobra un porcentaje por hacer una labor, desde el transportista a la persona que limpia el hipermercado, y en cada parada hay costes como luz, seguros, calefacción, almacén, envasado, maquinaria, gasoil, créditos, frío, luz… Cada actor distinto que participa en la cadena cobra un precio por su labor, pero en cada eslabón aparece un actor que no hace nada, que no aporta nada a la cadena, y que sin embargo en cada eslabón pone el cazo y encarece cada transición de eslabón a eslabón. Este actor que cobra por todo en cada eslabón de la cadena de valor es el gobierno. El gobierno se convierte en un actor que cobra impuestos a los beneficios, cotizaciones, IVA, impuestos a los combustibles, impuestos a la luz, impuestos a los inmuebles, impuestos a los plásticos, impuestos a las emisiones… Si del producto que sale del campo a 1 euro y llega a 10 al Mercadona lo que se lleva Mercadona son 23 céntimos, lo que se lleva el gobierno puede acercase a los 5 euros. Ningún otro participante en la cadena de valor, aportando valor, se lleva semejante cantidad. ¿Quién es el explotador? ¿Quién es el que infla los precios? ¿Quién es el que se forra a costa de los precios al consumidor?

Volviendo al principio, no se trata de sacralizar a Mercadona, pero sí de refutar el intento del gobierno de culpar a los hipermercados o a los comerciantes de los males del sector primario, utilizando con demagogia la diferencia de precio entre el primer eslabón y el último de la cadena de valor, cuando en esa subida de precio el principal beneficiario y el principal causante de la subida del precio es el propio gobierno.

Por supuesto desviando el problema hacia el Mercadona o el Carrefour, el gobierno oculta que las principales causas de los males del campo tienen origen político e ideológico, desde la competencia desleal de productos extracomunitarios, carentes de las exigencias sanitarias de los productos autóctonos, hasta la regulación e intervención en todos los aspectos de la producción del sector primario, incluyendo lo que se puede cultivar y lo que no, lo que hay que arrancar y lo que no, cuánto se puede producir y cuánto no, cuánta superficie se puede utilizar y cuánta no. Por no mencionar que la sustitución de la agricultura y la ganadería obedece a un gran plan político de reseteo mundial, entre cuyos objetivos se cuentan reducir drásticamente el consumo de carne, descultivar los campos, o sustituir los alimentos tradicionales por insectos y productos sintéticos. ¿Y como podrá comer todo el mundo si acabamos con los pescadores, los agricultores y los ganaderos? Es que está gente también habla de reducir drásticamente el número de seres humanos en el planeta, para que la población se adecue a la producción de alimentos y no la producción de alimentos a la población.

 

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Por todo esto la gente del campo, aunque seguramente pueda tener también sus quejas legítimas contra el Carrefour o contra el Mercadona, con razón se está manifestando contra el gobierno y la Agenda 2030. La pregunta, cuando acaben con los agricultores y ganaderos, es quién va a quedarse con todas las tierras y para qué. Hablar del Mercadona ahora mismo es quedarse mirando el dedo en vez de la Luna y desviar la cuestión.

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Un comentario

  1. Incluso podría ser peor, no les exigen usar tractores eléctricos, básicamente porque con baterías eléctricas no se puede obtener la potencia que se obtiene con uno de explosión

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