El IBEX35 no va como una moto

Una de las principales perplejidades del PSOE cuando analiza las encuestas, o los resultados de las elecciones autonómicas y municipales, es cómo puede irle tan mal si la economía va “como una moto”, pese a otras cuestiones que considera menores como la suelta de violadores o los pactos con Bildu.

La economía española va como una moto.

No lo digo yo. Lo dicen el BCE, el FMI y la OCDE.

La alternativa económica del PP no existe. No han sido capaces ni de dar un nombre.

Nosotros tenemos un Plan y ellos no tienen Nada.

Nosotros tenemos a Nadia y ellos tienen a… Nadie. pic.twitter.com/WDRj2oROtL

— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 10, 2023

Efectivamente, no resulta fácil sopesar cuánta de la impopularidad del PSOE se debe a los pactos con ERC o con Bildu, a los delirios de Irene Montero o a la marcha de la economía, pero la pregunta es si realmente la economía va tan bien como pretenden el PSOE y Podemos.

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Una forma bastante evidente y por otro lado neutral de medir la marcha de la economía española es la evolución del IBEX35. Nos pueden caer mejor o peor las empresas del IBEX, pero no cabe duda de que el IBEX es un buen termómetro de la evolución de la economía. A fin de cuentas, si la economía española es la pecera, las empresas del IBEX son los peces. Si los peces se mueren, es que algo falla en la pecera. No puede estar muy bien el agua si se mueren los peces. ¿Y cómo están nuestros peces?

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Como se evidencia en el gráfico, el IBEX35 todavía no ha recuperado los niveles pre-pandemia mientras que el Eurostoxx50 se encuentra más de un 20% por encima de aquellos niveles. Esto choca frontalmente no sólo con el discurso oficial de que la economía española va como una moto, sino con la pretensión de que el resto del mundo nos toma como ejemplo y nos observa admirado.

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La gráfica del IBEX también choca frontalmente con la idea de que las empresas españolas se aprovechan de la crisis y suben los precios desmesuradamente para aumentar los beneficios. Si las empresas del IBEX tuvieran ahora unas expectativas de beneficios mejores que en 2019, sus cotizaciones estarían por encima de las de 2019. Las empresas no ganan dinero por la subida de los precios, sino por la diferencia entre sus precios y sus costes, que por culpa de la inflación crecen continuamente.

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Retomando sin embargo el argumento principal, que era el de la repercusión electoral de la marcha de la economía, lo malo para el gobierno es que en otras crisis anteriores, cuando el problema macroeconómico era el déficit o la deuda, la gente no era consciente de ese problema. No le concernía. No se sentía afectada. La población no experimenta un inmediato golpe en el bolsillo porque la deuda pública suba un 20%, por ejemplo. A fin de cuentas el estado sigue funcionando pese al déficit o la deuda mientras la UE y el BCE lo sigan financiando. Pero la inflación sí que la gente la percibe y la sufre en primera persona, porque si llenar un carro de la compra antes te costaba 100 euros y ahora te cuesta 150, eso significa que ahora el sueldo se te acaba el día 20 en vez del día 31.

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El gobierno presume de que la inflación baja en los últimos meses, aunque no demasiado la subyacente, pero es que una cosa es bajar la inflación y otra bajar los precios, la deflación. Que después de subir los precios un 10% pasen a subir un 3% no significa que bajen, sino que han subido un 13%. Si engordas 10 kilos, y después 5 y después 2, no estás bajando de peso, no has empezado a adelgazar, has engordado 17 kilos. No es que la gente no note una caída en los precios, es que no hay una caída en los precios.

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En crisis anteriores la gente sí sentía el peso de la crisis en el caso del paro, pero es que ahora siente el peso de la crisis aunque esté trabajando. Por eso los españoles no sienten que la economía española vaya como una moto. Por eso de hecho la economía española no va como una moto. Por eso el gobierno no puede contar con la economía para mantener sus expectativas de voto.

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