En pleno debate sobre la libertad de expresión, la censura gubernamental y la cancelación de los medios y las personas críticas con el sanchismo, ayer tuvo lugar un suceso inesperado. O mejor dicho, hubo un suceso inesperado que no tuvo lugar. Nos referimos a la noticia de que un helicóptero se había estrellado contra la Torre de Cristal en Madrid, el rascacielos más alto de la capital.
Lo sucedido resulta de los más revelador por diversos motivos. Primero porque la sede de la Agencia EFE, impulsora del bulo, se encuentra en tal situación que a los periodistas de la citada agencia les hubiera bastado asomarse a la ventana para comprobar su veracidad. Segundo porque una vez publicada la falsa noticia por la Agencia EFE una multitud de medios replicó el bulo sin ninguna otra confirmación. El cáncer de las noticias de Agencia es que uno cree estar bien informado por leer cuatro periódicos diferentes sin darse cuenta de que está leyendo las mismas noticias en cuatro medios distintos. Cabe recordar por otra parte que la Agencia EFE es otro de los organismos oportunamente colonizados por el sanchismo en su momento para mantener un control absoluto del poder.
Todo esto ocurre naturalmente en medio del debate contra Iker Jiménez y de la campaña contra su programa, en la que el entusiasmo inquisidor de ING le ha salido por la culata. Irónicamente, muchos de los medios que acusaban a Jiménez de difundir bulos fueron ayer los primeros en tragarse el bulo del helicóptero. Nada extraño por otra parte, ya que los medios que con más afán intentan lapidar a Iker Jiménez por su error al pensar que había muertos en el párking de Bonaire fueron los primeros en incurrir en el mismo error. Afortunadamente para la mujer adúltera, cuando Jesús dijo aquello de que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra no había entre el populacho ningún periodista de El Plural, La Vanguardia o La Sexta.
Mientras un helicóptero´no se estrellaba contra un rascacielos en Madrid, en X se sucedían las publicaciones de medios y personalidades anunciando el abandono de esta red social, tomada según ellos por la extrema derecha y la desinformación. Alguno de estos medios anunció su salida de X por la proliferación de bulos en esta red casi al mismo tiempo que se tragaba el bulo del helicóptero.
Cabe señalar que todos los personajes y medios que anuncian su abandono de X no están siendo expulsados ni censurados. Ellos pueden decir en X todo lo que quieran. Lo que pretenden es que sólo ellos puedan decir lo que quieran. Sólo aceptan un marco en el que únicamente ellos puedan decidir lo que se puede publicar y lo que no. Su queja en este delirio no es que ellos no tengan libertad de expresión, sino que la puedan tener quienes no piensan como ellos. O mejor dicho los que no piensan como Sánchez. Ellos no piensan como Sánchez, sólo recitan.
En medio de todo este torbellino liberticida sólo nos quedaba por saber que Newtral, la famosa agencia verificadora de la escasamente neutral periodista de La Sexta Ana Pastor, ha sido avalada por los fondos europeos que el gobierno maneja a discreción. ¿Puede ser neutral un árbitro que pita al Barcelona mientras cobra dinero del Barcelona o es avalado por el Barcelona? ¿A qué llamamos newtralidad?
Por supuesto Ana Pastor fue otra de las personalidades de la comunicación que dio pábulo a los muertos del párking de Bonaire. A lo mejor es que no habría verificado sus publicaciones su agencia de verificación. La ventaja de Pastor es que de todos medios y periodistas que dijeron aquello ING sólo le quita la publicidad a Iker Jiménez. Los sanchistas no sólo está perdonados de cometer los mismos errores que los demás, sino que están autorizados a ser los primeros en lapidar a quienes han cometido sin ser sanchistas el mismo error.
Lo cierto es que nos encontramos ante un cambio de paradigma y una revolución en la forma de buscar, encontrar, emitir y recibir información. Cuando la izquierda pensaba que ya tenía casi cerrado por completo el control de los medios, de repente se encuentra con que todo ese monopolio mediático que con tanto trabajo y dinero ajeno ha construido se le desintegra entre las manos. Estamos ante una nueva era de la información. Las redes sociales han revolucionado el mundo de la comunicación. El temor de la izquierda es que la consecuencia de perder el monopolio de la información sea perder también el poder. El vértigo de la izquierda es la libertad.