El gasto público en personal ha crecido ha crecido en Navarra un 25% desde 2019. Que no lo decimos nosotros, que es el mismísimo Diario de Noticias el que lo expone. La plantilla de empleados públicos de la administración foral era de 25.470 personas en 2019, que han pasado a ser 28.630 en 2023. El coste de los gastos de personal en 2019 era ya una abultadísima cantidad que ascendía a los 1.346 millones de euros, pero que alcanza los 1.686 millones en 2023. Los gastos de personal representan ya el 32,18% del gasto no financiero del Gobierno de Navarra. Y el coste de los gastos de personal no para de aumentar totalmente fuera de control.
El gasto en personal público en Navarra ha crecido un 25% desde 2019https://t.co/JfcrcQHW4O
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) February 23, 2023
Habrá personas que consideren estupendo que los gastos de personal de la administración foral no dejen de aumentar, pero en tal caso esa persona debería considerar primero que todo si es ella misma una empleada pública o no. Si lo es, puede entenderse su satisfacción, pero si no lo es quizá debería someterla a revisión. Los gastos de personal del Gobierno de Navarra no se pagan con el dinero que llueve del cielo, sino con el dinero de los impuestos, y más específicamente con el dinero que genera el sector privado. Aunque los empleados públicos paguen impuestos, los pagan con dinero que a su vez sale del presupuesto, por lo que pensar que el sector público se financia con los salarios públicos es una petición de principio. Los salarios públicos no se pagan con el dinero que sale del presupuesto, sino del que llega hasta el presupuesto. O sea, con el dinero generado por el sector privado. Cuanto más suben los sueldos del sector público, más bajan los del sector privado, porque más impuestos deben ser aplicados sobre los salarios privados, y además más dinero del que pagamos a través de los impuestos sólo sirve para pagar a los empleados públicos.
Ahora se entiende porqué en este país todo el mundo quiere ser funcionario. El sueldo medio en el sector público es un 32% superior al del privado https://t.co/aj4y3FUMK5 vía @elEconomistaes
— Amador G. Ayora (@AmadorAyora) December 12, 2022
La brecha salarial entre empleados públicos y privados, que ya supera el 30%, es una señal evidente de la mala gestión de los diversos gobiernos. El trabajo es una mercancía como otra cualquiera. Si el gobierno paga 150 euros por una mesa que vale 100 euros, es un despilfarro y gestionar mal el dinero. Si el gobierno paga 150 euros por un trabajo que vale 100 euros, también es un despilfarro. El contribuyente tiene derecho a que el gobierno no pague por las cosas que compra o los trabajos que encarga más dinero de lo que valen. Podríamos decir que es incomprensible que haya quien sin ser empleado público aplauda la brecha salarial de los empleados públiclos, o por lo menos que esa persona no comprende que esa brecha se paga a su costa. Que haya políticos que aún presuman de lo que han subido los salarios públicos y de lo que ha aumentado la brecha salarial es grotesco, pero por otro lado sintomático del gran porcentaje de ciudadanos que, aunque están pagando y soportando esa brecha, no comprenden la situación.
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Naturalmente todo lo que se paga de más en salarios públicos se come el resto del presupuesto. Los gastos de personal dejan sin dinero al resto de partidas. Todo lo que se paga de más en salarios públicos es dinero que se detrae de los salarios privados y dinero que se deja de gastar en todas las demás partidas de gasto público.
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Que en Navarra los gastos de personal superen el 32% del gasto en un momento de recaudación récord es un verdadero signo de alarma. Esto anticipa un verdadero problema de caracteres dramáticos cuando con ocasión de cualquier nueva crisis caigan los ingresos públicos. Cuando eso suceda el porcentaje de gasto correspondiente a los salarios públicos puede alcanzar el 40%, poniendo en riesgo la sostenibilidad de todos los demás gastos de la administración. De hecho los gastos de personal de la administración, incluso en los momentos de bonanza, han crecido sin parar pese a que todos los años las cuentas presentaban déficit y aumentaba la deuda. Pagamos sueldos públicos desaforados con un dinero que no tenemos incluso con una recaudación récord. Si pagamos sueldos públicos por encima de nuestras posibilidades cuando las arcas públicas tienen más ingresos que nunca, ¿qué pasará cuando esos ingresos se reduzcan? Los salarios de los empleados públicos son además una estructura fija de gasto difícil de reducir cuando llegan las vacas flacas, y desde luego imposible sin conflictividad.
Lo de la deuda pública y agujero de seguridad social no parece interesar pic.twitter.com/UaFIo1EcVK
— Victor Sabater Perez (@VicsabaterPerez) February 18, 2023
Más allá de las consideraciones de orden económico, hay una cuestión de justicia debajo de todo esto. No es justo que los empleados públicos cobren más, mucho más que los empleados del sector privado que sostienen sus sueldos. Debería haber un equilibrio. Si a los empleados públicos les parece poco su sueldo, mucho más escaso es aún el sueldo de los empleados del sector privado que, pese a tener salarios menores, financian esos sueldos y la brecha correspondiente. La subida de salarios o es general, equilibrada y basada en un aumento de la riqueza nacional, o es injusta, insostenible a largo plazo y financiada en beneficio de unos y en detrimento de los demás.
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