El estercolero mediático de la izquierda

Es curioso que ahora que vuelve el Caiga quien Caiga se sucedan los incidentes de las figuras de la izquierda mediática con los reporteros callejeros de la derecha mediática, incidentes que cada día que pasa avanzan en gravedad y violencia, no por parte de los reporteros sino por parte de las figuras públicas a las que tratan de hacer preguntas. El penúltimo de estos casos ha sido el de Ana Pardo de Vera arrancando el micrófono y llamando gorila a Bertrand Ndongo:

Decimos que se trata del penúltimo incidente porque ayer Antonio Maestre arrancaba y rompía el micrófono a Vito Quiles, acción que por cierto hoy ha sido ampliamente jaleada y aplaudida por la izquierda mediática, incluyendo la radio televisión pública en la que el violento Maestre es habitual contertulio.

Naturalmente podríamos discutir los modos y maneras de Vito Quiles o Bertrand Ndongo o su manera de abordar en la calle a determinados personajes mediáticos, pero el hecho es que esta forma de actuar la popularizó la izquierda en Argentina de donde la importó la izquierda mediática española con el citado Caiga quien Caiga. Es más, se trata de una forma de actuar que la izquierda sigue utilizando con gran cinismo. Por ejemplo, el mismo Pablo Iglesias que manda a activistas con micrófono de su canal RED a hacer la misma labor que Ndongo o Quiles contra Ayuso, llama acosadores fascistas a Quiles o Ndongo. No es el hecho, es la ideología del que lo hace.

Llama poderosamente la atención, por otro lado, el relato de los hechos tras un incidente como el de Ndongo. Pese a estar todo registrado, Ana Pardo de Vera se ha paseado por diversos medios contando una narración totalmente fantasiosa respecto a lo grabado por las cámaras y los micros. En esa fantasía ella es la agredida en vez de la agresora, no llama gorila a Ndongo porque dice que es antiracista y animalista (será que llamar gorila a Ndongo es un insulto a los gorilas), y sólo arranca y tira el micrófono de Ndongo en modo defensa propia antifascista. Da igual que la secuencia real de los hechos se encuentre perfectamente documentada.

Los problemas de fondo a los que nos estamos enfrentando, más allá de estos dos incidentes, son primero que la izquierda mediática haya salido en tromba a defender esta violencia física y verbal contra los reporteros incómodos. Podemos cuestionar su labor, pero no sin cuestionar esa misma labor cuando la hacen reporteros de izquierda contra los que no han tenido en el pasado una palabra de reproche. La forma además de cuestionar esta labor no es mediante insultos ni respuestas violentas. Resulta preocupante que la izquierda avale estos comportamientos de forma que, por otro lado, está justificando estos mismos comportamientos cuando sea un reportero de izquierdas al que le insulten, le arranquen o lo rompan el micro.

El segundo problema de fondo es no ya la doble vara de medir a la hora de juzgar los hechos, sino la forma de tergiversarlos por completo. Por ejemplo, cuando Ana Pardo de Vera altera completamente sus palabras o la cronología de los hechos. Pero no es que además sea una cosa particular de la afectada, sino que Risto Mejide o el resto del estercolero mediático izquierdista no le discute la mercancía, aunque todo haya sido grabado. En este sentido cabe recordar la campaña contra Iker Jiménez, en otro orden de cosas, por la noticia de los muertos en el parking de Paiporta, cuando la misma cadena que crucificaba a Iker Jiménez había ofrecido la misma noticia. Los supuestos verificadores de la verdad y sus asesinos son prácticamente los mismos. En nombre de la verdad, los mayores mentirosos intentan acallarnos a todos.

El cinismo, la doble vara de medir y la mentira es irónicamente lo que caracteriza a quienes pretenden erigirse en paladines de la lucha contra los bulos, la desinformación y la máquina del fango. La periodista de El Plural que se inventó el doble DNI de Peinado ha sido recompensada con un puesto, generosamente retribuido, en el nuevo consejo de RTVE, suponemos que para garantizar la «veracidad» de los noticias en los telediarios de la cadena.

¿Quiénes son las figuras mediáticas de la izquierda que nos están intentado convertir en referentes de la ética, la verdad y la información contrastada? ¿El mismo Risto Mejide que, literalmente, nos proponía dar abrazos a los contagiados de COVID antes del 8M? ¿El Broncano que jaleaba cantando al coronavirus? ¿El Wyoming que enseñaba a los feos a cómo besar a una mujer sin su consentimiento? ¿Antonio Maestre? ¿Ana Pardo de Vera? ¿Se puede hacer con los reporteros de la izquierda lo mismo que ellos dicen que se puede hacer con los reporteros de la derecha? Nos estamos metiendo en una pendiente muy peligrosa, que desde luego no nos lleva a la verdad, la coherencia, la honestidad, el respeto y la convivencia.

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