El PSOE tiene un poder, que es el de tocar la corneta y que una enorme cantidad de medios, el equipo olímpico de opinión sincronizada, con RTVE a la cabeza, salga a decir al unísono y a todo volumen que el Sol sale por el oeste o que el agua moja, sin el más mínimo titubeo. El problema con este poder es primero que enfrente tiene la verdad, y segundo que es un poder menguante, derivado de la crisis de los medios tradicionales y del auge de las redes sociales como fuente de información y creación de opinión. O sea, que el PSOE no tiene en absoluto ganada la batalla por el relato del decreto ómnibus. Es más, cada vez lo tiene peor conforme pase el tiempo y sigamos hablando de este asunto, porque el tiempo juega siempre a favor de la verdad y en contra de la mentira. La gente tiene más tiempo para pensar, contrastar y escuchar otras opiniones, cosa que en el caso de la votación del decreto ómnibus perjudica claramente al PSOE y su maquinaria.
Respecto a la subida del IVA de los alimentos, por ejemplo, el PSOE afirma que se trata de un bulo y de una cosa que no aparece en el decreto, pero este es justo el problema. La bajada del IVA de los alimentos se prorrogó hasta fin de 2024, por lo que si no se prorroga en el decreto ómnibus el efecto en enero de 2025 va a ser una subida de los alimentos. No se trata de una cuestión accidental sino de algo deliberado. Las decaídas ayudas a los transportes, por ejemplo, que tanto soliviantan ahora a la izquierda, son ayudas que también expiraban al acabar 2024 y esas en cambio sí se prorrogaban en el decreto. Es decir, el PSOE excluyó deliberadamente el IVA de los alimentos para provocar una subida de la recaudación en enero a costa de un producto de primera necesidad para todo tipo de personas, incluyendo las más humildes. El decreto ómnibus es una estafa a la ciudadanía tanto por lo que incluye como por lo que excluye. Por supuesto el PSOE no se ha abierto a negociar el mantenimiento de la rebaja del IVA. El PSOE sólo negocia con Junts en Waterloo, pero después falla esa negociación y le echa la culpa al PP y VOX. El PSOE ahora pretende poco menos que gobernar con el programa de Podemos y Bildu y con los votos de PP y VOX. Es todo una sinrazón.
Respecto al resto de trampas contenidas en el decreto, es evidente que estaban ahí, incluyendo el blindaje de los okupas o el palacete del PNV. Ahora dicen que no es importante lo del palacete, pero por otra parte de ninguna manera está dispuestos a sacarlo del paquete. O sea, que no es importante pero ponen el palacete por encima de todo el resto de cuestiones.
Otra trampa que se ha encontrado dentro del decreto es la inclusión de medidas para ampliar los poderes la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, otorgándole la capacidad de inspección de las plataformas de la Red para monitorizar sus algoritmos o los criterios empleados para recomendar contenidos a los usuarios. Conociendo al sanchismo, podía tratarse de un intento de censurar e influir desde el gobierno en las redes sociales.
A lo que desde luego sigue negándose en redondo Pedro Sánchez es a votar sólo las medidas del decreto respecto a las que existe consenso. De este modo, se da la paradoja de que el PSOE al final sólo lamenta el decaimiento de 3 ó 4 medidas, como la revalorización de las pensiones, las ayudas al transporte o las ayudas a los afectados de la DANA, pero sin embargo se niega a votar estas medidas por separado aunque tendría garantizada su aprobación de inmediato. Es decir, el PSOE está tomando literalmente como rehenes a los pensionistas, los afectados de la DANA o los usuarios del transporte público para imponer un trágala con 80 medidas que incluyen las citadas del palacete, los okupas o la censura en las redes, o la subida del IVA al no estar la prórroga de la bajada entre esas 80 medidas.
Una de las observaciones más llamativas de las últimas horas es contemplar por un lado como todas las cotorras sanchistas se rasgan las vestiduras con el inconmensurable dolor social que va a provocar el rechazo del decreto, mientras por otro lado Pedro Sánchez se niega por completo a evitar ese sufrimiento. Cuanto más insiste el PSOE en lo uno, más incomprensible resulta lo otro, menos se entiende su inmovilismo y más pillado queda en su propia trampa.
Porque efectivamente, el decreto ómnibus se ha convertido para el PSOE en una trampa política. ¿Cómo va a salir ahora de este entuerto? ¿Se va a negar a que se aprueben las medidas sobre las que hay consenso por no sacar del acuerdo el palacete o el blindaje a los okupas? ¿Le va a comprar a Puigdemont sus votos a cambio de un referéndum de independencia cuando Junts le está ofreciendo gratis el apoyo a las medidas fundamentales si se vuelven a votar por separado? ¿O va a dejar que sea la derecha con los votos de PP, VOX y Junts la que acabe arreglando el entuerto? Si presenta otra vez las medidas por separado para que se aprueben y se aprueban, ¿no le estará dando automáticamente la razón a la derecha y no se evidenciará que el problema era toda la metralla añadida? Haga lo que haga Sánchez tiene una mala salida y cuanto más se habla del asunto y más comprenda la gente lo que ha pasado peor parada queda la izquierda.
