Dicen los supersticiosos que cuando un martes cae en día 13, entonces tendremos muy mala suerte, aunque no se trate de un día muy malo. Yo no soy supersticioso, pero sí que voy a celebrar que, al menos, para quienes apreciamos cierto sentido común, hoy no vaya a ser un día agrio.

Para tomarnos el café, muchos optamos por leer la actualidad de prensa. Entre las distintas páginas nos hemos topado con una noticia que no es muy del agrado de ciertos enemigos del bienestar de la sociedad -aunque su propaganda diga justamente lo contrario, como es de costumbre en ellos.

El Colegio Oficial de Médicos de Madrid, que últimamente ha manifestado alguna que otra postura sensata en conformidad con el juramento hipocrático (por ejemplo, cuestionando la asesina legislación pro-eutanasia), ha pedido desconvocar la «huelga indefinida de atención primaria» en Madrid.

En el comunicado publicado en su portal web, se indica lo siguiente: «mantenemos nuestra petición de despolitización de la sanidad pública y nuestra apuesta decidida por la atención primaria que permita aumentar la calidad asistencial y la satisfacción de los profesionales».

Se indica, también en ese texto, que se ha acordado con la Consejería de Sanidad establecer una serie de mesas de seguimiento, a la par que han apreciado considerables mejoras y compromisos de cara tanto a la calidad asistencial como a las condiciones laborales de los sanitarios, abriendo la puerta también a la contratación de extra-comunitarios.

Eso sí, muy a pesar de los satélites sindicales de agitación, vinculados a formaciones como Más Madrid, no se indica que la sanidad madrileña sea de las peores de España (no solo que sea mejor que la de Venezuela). Las clasificaciones siguen indicando que los mejores hospitales tanto estatales como privados de España están en la provincia de Madrid.

Una postura sensata y muy de agradecer

Obviamente, ningún colegio profesional -huelga decir que deberían de tener siempre la adscripción como algo opcional– debe de estar subordinado a poderes políticos cualesquiera. Da igual si se trata de «un gobierno de derechas» o de «un equipo de izquierdas».

Así ha ocurrido en este caso. Simplemente se han desvinculado de una estrategia política que domina buena parte de la plantilla sanitaria. Hay facultativos que no solo es que sean de izquierdas, socialistas o comunistas, sino que se preocupan más por su agenda política que por el bien común.

Existe una lamentable estrategia de agitación y de boicot de la atención sanitaria en los centros de atención continuada. Hay centros en los que no hay atención las 24 horas porque hay médicos que prefieren boicotear estos servicios, de modo que pierdan las personas que obligatoriamente tienen que pagar impuestos para mantener esos mismos consultorios.

El PP de Madrid no ha hecho nada malo

Pese a ciertos fallos generales, debidos al estado monopolístico de la sanidad, hay que decir que los servicios madrileños tienen listas de espera muchísimo más bajas que las de regiones como Cataluña, Asturias y Extremadura, donde, sin justificación alguna, se están desmantelando hospitales comarcales como el de Llerena (comarca de la Campiña Sur).

Dicho esto, la gestión sanitaria no es algo en lo que haya que criticar al PP de Madrid (no ocurre lo mismo cuando hablamos de batalla cultural, cuando se les pide ir mucho más allá). Externalizar la gestión de los hospitales, promover la telemedicina y reabrir centros de urgencias no son motivos para llamar a Ayuso «asesina», como si se tratase de un Nicolás Maduro o un Vladimir Putin.

Otra cosa es que algunos queramos que se avance más en la libertad sanitaria, de modo que no tengamos que pagar forzosamente por los «servicios estatales». Que haya más libertad en el mercado, en el entorno de los seguros privados, en el sector farmacéutico, defendiendo la subsidiariedad frente a la planificación.

Lo que sí que es cierto es que hay cierta desesperación desde hace lustros, dada la incapacidad de la izquierda en bloque para tomar el control de la Puerta del Sol (durante décadas, ha habido gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid). De hecho, la Comunidad de Madrid es «mucho más de derechas» que el resto de España.

Que quede mucho por hacer en materia de batalla cultural y espiritual no ha de impedirnos apreciar que los madrileños están «más derechizados» (con independencia de que voten al PP o a VOX) que, por ejemplo, quienes componen la mayoría sociológica de otras zonas metropolitanas europeas como París, Barcelona, Berlín, Budapest, Londres y Varsovia (otra cosa es que el fortín conservador esté zonas concretas: el noroeste).

Sentido común frente a maldad sistemática

Una vez dicho esto, hay que decir que la Verdad va forjando su camino. El Mal acabará cayendo. El miedo no nos hará libres, con lo cual, se celebra que el Colegio de Médicos haya tenido la valentía suficiente para no meterse en el rebaño de una izquierda que siempre es inhumana y destructiva.