El pasado fin de semana, el Servicio Madrileño de Salud (entidad que gestiona la sanidad estatal en la Comunidad de Madrid) estableció la apertura, durante las veinticuatro horas del día, de unos ochenta consultorios médicos.
En 2020, bajo el pretexto del «virus chino», quedaron suspendidos muchos servicios de atención médica presencial, pero solo en el sector público, ya que en el privado todo transcurrió con mayor normalidad y eficacia. Eso sí, no solo en Madrid.
✅ Abren los 80 Centros Sanitarios 24 Horas pese a un 40% de bajas sobrevenidas de los profesionales convocados a trabajar hoy, comunicadas a lo largo del día.
👉 El viceconsejero @fpradosroa ha explicado que se ha garantizado la atención sanitaria, a pesar de las incidencias. pic.twitter.com/k7sVx04sXC
— Comunidad de Madrid (@ComunidadMadrid) October 27, 2022
Que quienes sean usuarios del sistema público no deben de disgustarse si, en ciertos momentos del día, hay una mayor provisión de servicios médicos, sin necesidad de acudir a las plantas de urgencias de los hospitales no privados, bastante colapsados lato sensu.
Pero la misma izquierda que no celebra que Madrid y las Provincias Vascongadas tengan los mejores datos en cuanto a listas de espera (lo cual no deja de ser un problema general, que evidencia el fracaso del monopolio que, a efectos prácticos, existe en el ámbito sanitario), también reniega de esta «reapertura».
El 7 de noviembre habrá una huelga indefinida de médicos contra «los recortes en sanidad del PP» pero es que, de repente, según datos oficiales, hubo alrededor de un 40% de bajas sobrevenidas de sanitarios reportadas justo en esas fechas.
De igual modo, se quejaban de que no necesariamente tenían que trabajar cerca de su domicilio, algo que también ocurre en otras regiones, desde hace muchísimos años, aunque nunca hayan gritado ni dicho ninguna otra clase de palabra negativa.
El caso es que la izquierda no ha expresado su preocupación por estas «bajas sobrevenidas». Más bien, las ha aprovechado para «denunciar», a través de las redes sociales, de manera insinuada, que «era mentira que el PP de Madrid haya reabierto las urgencias».
Esto no solo ha sido cosas apoyadas PSOE. Más Madrid, ese partido liderado por una anestesista que debía de haber sido inhabilitada por el Colegio de Médicos tras vulnerar el juramento hipocrático con una simulación de disparos, tampoco se ha quedado atrás.
No es salud, sino política
Está claro que la izquierda no quiere que los servicios de salud funcionen adecuadamente. La salud de las personas no les interesa tanto. Más bien, velan por una agenda política muy concreta, máxime, donde no gobiernan.
Es cierto que en Madrid puede desesperarles no tener, desde hace décadas, el gobierno regional. También puede que les moleste que sean los liderazgos del PP de Madrid (principalmente, Ayuso y Aguirre) quienes hayan sido más favorables a la libertad económica, relativamente.
Con lo cual, necesitan meter miedo, llegando así a vender algo que es incierto. Quieren que creamos que los servicios sanitarios estatales de Madrid tienen una situación deficitaria e inhumana con todas las letras.
Pero lo cierto es, apreciando también a los centros privados, que los mejores hospitales estatales de España se encuentra en Madrid. Es habitual leer en las clasificaciones términos propios como «La Paz», «Niño Jesús», «Universitario de Getafe», «Gregorio Marañón», «12 de Octubre», «Puerta de Hierro»…
Muchos centros sanitarios estatales de Extremadura, Andalucía, las dos Castillas y otras regiones de España tienden a derivar a sus pacientes, ante casos muy complejos, a centros de la Comunidad de Madrid (generalmente, cardiopatías, enfermedades raras y cuestiones oncológicas).
Ahora bien, nadie piensa que los centros médicos de Cuba y de Venezuela son los mejores del mundo. Tampoco piensan lo mismo los inmigrantes hispanoamericanos que se asientan en Madrid (hablamos la región con mayor tasa de esta categoría geográfica de emigrantes).
Nadie que haya vivido ciertas situaciones en sus carnes desea que la escasez de suministro eléctrico o de insumos médicos sea la norma de los centros médicos de ciudades como Majadahonda, Collado Villalba o Fuenlabrada.
Lo que queremos, sin contradicciones
Esta izquierda tan agitadora, mentira y siniestra no duda en demonizar, sin escrúpulos, la libertad de elección. Pero se contradicen, como ocurre con otras cuestiones. Sí, y no solo por ver a sus miembros con pólizas de seguros privados y frecuentando clínicas como Quirón y CEMTRO…
Muchos de estos facultativos activistas también compaginan su trabajo en «la sanidad pública» con horas adicionales en clínicas privadas e, incluso, en consultas propias y particulares. En cambio, ni los funcionarios docentes ni los ingenieros del sector privado podemos «trabajar para la competencia».
Con lo cual, podemos reiterarnos en que se contradicen. Porque nosotros, en cambio, apostamos por la libertad de elección plena, de modo que nadie, absolutamente nadie, se vea obligado a pagar aquello que no quiere utilizar.
Eso sí, si algo hay que añadir a esos juicios que, con razón, les consideran «liberticidas», es que no tienen verdadera empatía por los pacientes. Simplemente buscan oportunidades para su agenda siniestra e inhumana, allá donde estén.