¿Han despolitizado la Justicia el PP y el PSOE mediante su pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial? Todo lo contrario. Si lo que han hecho es pactar a pachas los 20 vocales del nuevo Consejo. ¿Cómo intentan vendernos que con este pacto los jueces eligen a los jueces cuando a los 20 jueces, a todos, los han elegido el PP y el PSOE? Politización mayor del Consejo no cabe.
En realidad, teníamos dos visiones enfrentadas en virtud de las cuales el Consejo tenía que ser o un reflejo del parlamento, por un principio supuestamente democrático, o un órgano al margen de los políticos en el que los jueces eligieran a los jueces sin intervención de los partidos. Pues bien, ni lo uno ni lo otro. O más bien lo peor de lo uno y de lo otro. O sea, que ni los vocales los eligen los jueces, porque los 20 los han elegido los políticos, ni esos vocales son un reflejo del Parlamento, porque son sólo el reflejo de dos partidos: el PP y el PSOE.
Para evaluar la situación en la que queda el CGPJ, por otra parte, hay que tener en cuenta el punto en el que estábamos. Hasta este acuerdo, había una mayoría “conservadora”. En este momento, en el mejor de los casos hay un empate. ¿Quiénes salen ganando entonces? ¿Los “conservadores” o los “progresistas”? ¿No son los conservadores los que se han quedado sin mayoría? ¿Qué celebramos entonces? Por poner un ejemplo, hace unos meses el CGPJ publicó una declaración institucional en contra de la Ley de Amnistía. Con la actual composición ya no sería posible una declaración contra otro desbordamiento similar de la legalidad por parte del sanchismo.
Lo que tenemos delante por tanto es una neutralización de la mayoría conservadora existente hasta ahora en el CGPJ. Esta neutralización no se produce además en cualquier momento, sino en una coyuntura histórica de socavamiento de las instituciones democráticas y del estado de derecho, algo que al menos hasta ayer el propio Partido Popular denunciaba. La última institución que le quedaba al sanchismo por colonizar ha sido neutralizada. Neutralizada en el mejor de los casos, porque habrá que ver el perfil de esos 20 vocales. No será la primera vez que los elegidos por la derecha son imprevisibles mientras que los elegidos por la izquierda se comportan como autómatas. Por otro lado no debemos confundir un Consejo compuesto por 20 jueces independientes con uno, en el mejor de los casos, equilibrado por 10 jueces partidistas de un lado y 10 jueces partidistas del otro.
Como contrapartida a esta pérdida de la mayoría conservadora del CGPJ existente hasta ahora, lo único que el PP ha conseguido es el compromiso de que en el plazo de seis meses este nuevo CGPJ realizará “una propuesta” de reforma que será remitida al Parlamento, donde una vez más la mayoría sanchista podrá decidir lo que efectivamente se aprueba. En este sentido, ahora que el PSOE ya tiene el acuerdo, Patxi López ya ha anunciado que es falso que según esa futura ley, como nos están vendiendo el PP y sus terminales mediáticos, los jueces vayan a elegir a los jueces. En realidad, si esa futura ley para designar los nombramientos del CGPJ es la contrapartida a la pérdida de la mayoría conservadora, no tenemos ni idea de en qué consiste esa contrapartida porque no tenemos ni idea de qué futura ley aprobará la mayoría sanchista.
Sea como sea, interesa recordar que con o sin el CGPJ quien tiene la sartén por el mango sigue siendo el sanchismo, que es quien controla el TC, convertido en tribunal de máxima instancia para todo. Lo esencial siempre ha sido el TC donde los magistrados elegidos por el PSOE son activistas jurídicos convertidos en meros comisarios políticos. El CGPJ tan sólo era una posición desde la que alzar una voz frente a los desmanes del sanchismo y ahora se ha perdido hasta esa pequeña pero significativa posición. La pérdida de esa posición también implica otorgar al PSOE, a través de sus vocales en el CGPJ, capacidad de bloqueo en las futuras renovaciones y nombramientos en el Supremo. Para todo lo demás, lo que diga Pumpido en el Tribunal Constitucional.
Aparte de todo lo anterior, lo que ahora ha conseguido Sánchez del PP es una legitimación. ¿Cómo va a ser Sánchez una amenaza al estado de derecho si se está pactando a la vez con Sánchez el diseño del estado de derecho? ¿Cómo va a explicar el PP ante la UE, o ante los españoles, que Sánchez pretende convertirse en un tirano si al mismo tiempo, gracias al PP, Sánchez se puede presentar como un hombre negociador al que el PP incluso le arranca acuerdos muy ventajosos?
Entretanto, lo que consigue Sánchez es seguir controlando con mano de hierro el TC, que es lo fundamental, eliminar la mayoría conservadora del CGPJ, y prometer a cambio una futura ley para los siguientes nombramientos en el CGPJ que nadie sabe cómo será ni si será, ni tampoco cuándo, porque eso el acuerdo no lo concreta, pero que en todo caso será lo que decida en el Congreso la mayoría sanchista. O sea, eso que salga en 6 meses del CGPJ será como mucho una mera propuesta que la mayoría del Congreso atenderá en todo, en parte o en nada, sin fijarse además un plazo. Si esto es una gran victoria para el PP, ¿qué es entonces dejarse engañar? Todos hemos sido testigos de cómo el PSOE amenazó al PP con un ultimátum para aceptar esto o daba una especie de autogolpe de estado. En vez de plantar cara y luchar contra ese autogolpe, el PP se ha arrugado y ha aceptado esto, que seguramente era lo que pretendía el PSOE desde el principio. Menudo éxitazo.
