Quedan hoy en evidencia todos los que aplaudieron como cosa muy maravillosa el acuerdo entre el PSOE y el PP
Hace unos meses tuvo lugar un importante acuerdo entre el PP y el PSOE para renovar la cúpula del Poder Judicial. Esta renovación llevaba años estancada pero por otro lado no se producía por una buena razón. El control del Consejo General del Poder Judicial es la llave para controlar la mayoría del Tribunal Supremo, y el Tribunal Supremo era el único contrapeso que quedaba en España frente a la colonización de todos los poderes por parte del sanchismo. Teniendo ya bajo su control el Constitucional y la Fiscalía, el control del Supremo por parte del sanchismo daba por lliquidada la separación de poderes en España. El PP fue sometido por tanto a una enorme presión por parte de la izquierda para ceder y aceptar una renovación del CGPJ que favoreciera al sanchismo. Para sorpresa de nadie, el PP cedió y ya tenemos la primera consecuencia visible de esta nueva claudicación. El CGPJ ha elegido como presidenta a una mujer catalana perteneciente a la muy minoritaria y muy políticamente escorada organización de Jueces para la Democracia.
🔴 ÚLTIMA HORA | El CGPJ elige a Isabel Perelló como presidenta a dos días de la apertura del año judicial.
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) September 3, 2024
Lo cuenta Fran Serrato (@fcoserrato).https://t.co/CeYEpSePq3
Todas las excusas que se nos dieron para desbloquear la renovación del CGPJ saltan ahora por los aires por la vía de los hechos. Frente a los hechos, no cabe opinión. El sanchismo ya preside el CGPJ. Antes de la renovación, en el CGPJ había una mayoría conservadora, ahora ya se ha perdido a cambio de nada esa mayoría. El ala progresista preside el Consejo y tiene capacidad de bloqueo. El CGPJ no se ha despolitizado sino todo lo contrario, porque de sus 20 vocales los 20 los han elegido a pachas el PP y el PSOE. Al PSOE además se le ha otorgado capacidad de bloqueo en el Consejo. Como contrapartida, se nos prometió que el CGPJ redactaría el borrador de una nueva ley para renovar el futuro CGPJ, el cual no tiene plazo, nadie sabe en qué consistirá, y además no será vinculante para la mayoría parlamentaria sanchista. Un desastre total.
Bolaños confirma que el acuerdo con el PP no compromete al PSOE a impulsar un nuevo sistema de elección de los vocales jueces: "No es vinculante. Defiendo nuestro modelo"
— Aimar Bretos (@AimarBretos) June 27, 2024
Bolaños, en @Hora25 https://t.co/uy0UiMFGuv
El mismo día en que el CGPJ nombra como presidenta a una magistrada de Jueces para la Democracia, la organización de jueces izquierdistas, el PSOE anuncia asimismo el nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España. El sanchismo no tienen el menor complejo en hacer pasar a su gente del consejo de ministros a las principales instituciones del estado, ya sea el Banco de España, el Tribunal Constitucional o la Fiscalía General. La colonización política de todos los poderes del estado es total. No se intenta mantener ni siquiera una cierta apariencia de imparcialidad.
José Luis Escrivá será el nuevo gobernador del Banco de Españahttps://t.co/bSyI3PUNZm
— Ignacio Ezquiaga (@IgnacioEzquiaga) September 3, 2024
El Tribunal de Cuentas, el Tribunal Constitucional, el CGPJ, el Banco de España… el PP ha entregado o perdido todo, como si fuera suyo, a cambio de nada. De los 20 vocales del CGPJ, es de temer que al menos 15 sean «progresistas», los 10 nombrados por el sanchismo y la mitad de los nombrados por el PP, porque el PP parece a menudo un equipo especializado en el autogol. Pedro Sánchez tiene ya el control absoluto: o lo controla todo, o como mínimo puede bloquear todo aquello que pudiera funcionar como un contrapoder. Todos los satélites mediáticos del PP que nos vendieron aquel acuerdo del PSOE como una gran victoria quedan hoy en evidencia. El PP no es capaz nunca de no ser engañado o de resistir la presión de la izquierda. La contraparte que explica la fortaleza de la izquierda es la debilidad del PP. La pregunta es si, así como ya sabemos que no es posible otro PSOE, sería posible otro PP, o si también es un mito la posible existencia de otro PP.