La inmigración es un problema y no lo es. Es como la lluvia. ¿Es malo que llueva? Claro que no, de hecho es muy necesario que llueva, pero que se lo cuenten a los que están sufriendo al huracán Miltón. La inmigración no es inherentemente buena ni mala, sino que depende. ¿Cuánta inmigración? ¿Qué tipo de inmigración? Y después tenemos el problema de juzgar a cada inmigrante persona a persona. ¿Quién puede estar a favor de importar y mantener inmigrantes que están delinquiendo en España? El delincuente importado no puede ser bienvenido. No expulsar a los inmigrantes que delinquen es una irresponsabilidad absoluta. No sólo es poner en jaque la seguridad ciudadana, es además sentar las bases para una oleada de xenofobia.
En este sentido, resulta de lo más curioso que hasta un diario como El País publique encuestas en las que se evidencia que la mayoría de los españoles considera que tenemos ya demasiados inmigrantes en España. La palabra clave es “demasiados”. Como decía Paracelso, la diferencia entre medicamento y veneno es la dosis. No podemos acoger a una cantidad infinita de inmigrantes. Tenemos que empezar a pensar soluciones que abroden el problema en origen. Llega un punto en que nuestra capacidad de acogida se satura y quedamos desbordados. La consecuencia es inseguridad, marginalidad y delincuencia. Incluso el CIS también se hacía eco recientemente de este mismo problema.
Hay que tener en cuenta que entre los españoles ya hay un importante porcentaje de nacionalizados, o sea que ese 57% que considera excesivo el número de inmigrantes seguramente se alcanza incluso considerando que hay un porcentaje de encuestados que son inmigrantes. Entre la población española originaria, el porcentaje que considera excesiva la llegada de extranjeros empieza a ser casi unánime. El día que esa percepción tenga un reflejo efectivo en las urnas hay partidos negacionistas que van a tener un problema. Y lo van a tener, porque la inmigración y las situaciones derivadas de la inmigración van a ser el gran asunto y la gran preocupación de las próximas décadas.