Dice Yolanda Díaz que no se puede cuestionar la crisis climática. Pues hagámoslo

Dice Yolanda Díaz que respeta las protestas del campo, pero que no se puede cuestionar la crisis climática. Con esta frase, sin embargo, la líder de Sumar reconoce que la crisis climática está detrás de la crisis del campo. Si no, no les diría a los agricultores que la agenda climática es incuestionable, sino que no tiene nada que ver con sus problemas.

Dicho lo anterior, claro que se puede cuestionar la crisis climática. No hay nada que diga Yolanda Díaz que no se pueda cuestionar. Y es que para empezar una cosa es que haya una crisis climática, que ya sería un debate, y otra cosa cómo afrontar esa crisis y si no se está aprovechando esa crisis para imponer una dictadura política, social, alimentaria y económica.

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Al igual que sucedió con la crisis del COVID una cosa es que se declare una pandemia, y que la pandemia sea real, y otra que se aproveche la pandemia para cerrar el Parlamento, para gobernar por decreto, para declarar estados de alarma ilegales, para gastar el dinero público sin los controles previstos, o para asumir poderes extraordinarios sin tener que dar por ellos explicaciones extraordinarias por su utilización. Claro que hay que cuestionar la emergencia climática para pensar:

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1- Si es real.

2-Si es antropogénica.

3-Si es apocalíptica.

4-Si existen poderes económicos y políticos interesados en crearla, exagerarla u ofrecer soluciones que no tiene por qué ser las más adecuadas, pero sí las que más les benefician.

5-Si existe una persecución y una discriminación de quienes cuestionan o la propia crisis climática o su gestión.

6- Si los remedios que se están aplicando no pueden acabar creando una situación peor que el problema.

7- Si se está aprovechando la emergencia climática para imponer totalitariamente objetivos políticos e ideológicos.

8- Si los que mas defienden la gravedad de la crisis climática o las medidas que se han decidido para combatirla son los que más se están forrando con la lucha contra la crisis climática, convertida ya para algunos en un nuevo sector de negocio y una nueva forma de vida.

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No sólo se puede cuestionar todo lo anterior sino que es absolutamente impresicindible hacerlo para una persona mínimamente racional, porque la crisis climática se ha convertido en un pretexto para todo, y una excusa absoluta para todo exceso de poder y para toda mala gestión. Los políticos se han dado cuenta de que les resulta mucho más fácil gobernarnos en los momentos de excepcionalidad, teniéndonos sometidos, que en los momentos de normalidad, y algunos meta-ricos se han dado cuenta también del gran negocio que se puede hacer a la sombra de esos políticos dotados de poderes especiales en una situación de excepecionalidad. Así que a lo mejor han decidido que a partir de ahora vamos a vivir siempre en una situación de excepcionalidad. Una que además no se pueda cuestionar.

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