Ya que imponen una serie de pegatinas medioambientales a los vehículos, estableciendo con ello todo tipo de limitaciones a su uso y afectando esto a su precio de compra o reventa, al menos podrían explicarlo bien. Y si no la DGT, podrían explicarlo bien al menos los medios de comunicación, pero no es así. El resultado es que en no pocos casos hay personas circulando con una pegatina que no es la que le corresponde al vehículo y por debajo de la que le corresponde al vehículo. Es decir, hay personas que podrían hacer con el coche cosas que no hacen, o cuyo coche podría tener más valor del que tiene, pero que dejan de hacer esas cosas o asumen esa pérdida de valor (podemos estar hablando de miles de euros) simplemente porque la DGT no sólo impone sus malditas pegatinas sino que explica mal la forma de conseguirlas y cómo se adjudican. Los medios de comunicación, como señalábamos, no suelen sino replicar una y otra vez la mala explicación de la DGT, o se replican entre ellos sin ofrecer buena información. En el caso más extremo, puede haber personas que hayan vendido (malvendido) o achatarrado su coche pensando que les correspondía una etiqueta medioambiental por debajo de la que les corresponde en realidad, o pensando que a su coche no le correspondía ninguna etiqueta, cuando sí que le podía corresponder en realidad.

Si acudimos a la web de la DGT, se nos dice que “Puedes consultar si un vehículo cumple los requisitos que dan derecho a obtener algún tipo de distintivo ambiental conociendo la matrícula del mismo”. Por el contrario, el sistema de consulta de la DGT se basa únicamente en la antigüedad del vehículo a través del número de matrícula. Este sistema, que es el que también sigue Correos para vender la pegatina, sin embargo es falso.
Lo que legalmente determina la pegatina ambiental no es el año del coche o la antigüedad de la matrícula, sino las emisiones del coche. ¿Por qué entonces se adjudica la etiqueta según el año? Pues porque si en tal o cual año ya era obligatorio que los coches fabricados cumplieran tal o cual normativa, a los coches fabricados en ese año se les presupone su cumplimiento y se les adjudica automáticamente el distintivo. Y efectivamente, todos los coches de ese año tienen que cumplir la normativa de emisiones y merecen la pegatina. El problema es que no todos los coches anteriores incumplen las emisiones. Es decir, hay vehículos fabricados en años anteriores que ya cumplían la normativa de emisiones que se hizo obligatoria años después. Por consiguiente, esos coches tienen derecho a la etiqueta correspondiente aunque por año y por matrícula la DGT no se le atribuya automáticamente, sino que les niegue el distintivo o les atribuya otro peor y más limitativo de aquel al que realmente tienen derecho. ¿Por qué entonces se usa el sistema de antigüedad de la matrícula aunque sea inexacto? Porque es fácil, sencillo y rápido, pero no es seguro. Lo malo no es sólo esto, sino que al menos la DGT podría advertir la posibilidad de esta situación para que cada uno revisara esta posible circunstancia. A la DGT y al gobierno no parece sin embargo proteger los derechos de los españoles, informarles adecuadamente o evitar que pierdan dinero o directamente su vehículo.

Si una persona tiene por ejemplo un vehículo que cumple la normativa Euro 4 y merece la pegatina C de color verdes, pero por antigüedad el sistema de la DGT le adjudica la pegatina amarilla B, lo que puede hacer esta persona es certificar (normalmente pagando) a través de un concesionario oficial de la marca de su coche que el vehículo cumple la normativa correspondiente para merecer la pegatina C. Con esa certificación, el propietario puede ir a la DGT para que le recalifiquen correctamente el distintivo de su vehículo, y sólo después acudir a Correos para que al fin con los datos rectificados le entreguen la pegatina correcta. El propietario tiene que hacer todos esos trámites y seguramente pagar una cantidad por la certificación de su coche en la marca gracias a la inoperancia de la DGT. La alternativa es quedarse con una pegatina inferior, que puede reducir el uso y el valor de reventa del coche, sin acaso ni ser consciente de que tendría derecho a un pegatina mejor. Por supuesto las personas más afectadas por esta injusticia normalmente serán las menos informadas y las más humildes que tengan coches más antiguos. Bien es cierto que la adjudicación automática de la DGT por pura antigüedad será correcta en un gran porcentaje de los casos, pero en el porcentaje minoritario en que no sea justa, se le generará un enorme perjuicio al propietario por falta de información y por un sistema que sólo ha buscado la comodidad de la DGT.