Vivimos una época en la que, en teoría, negamos la existencia de todo lo que no puede ser científicamente demostrado. Nos encontramos sumergidos por tanto, en teoría, en un marco de racionalismo extremo, siempre que consideremos que el racionalismo extremo es racional. Paul Johnson inició Tiempos Modernos fechando el paso a esta modernidad en el eclipse de 1919 por el que se probó el modelo de Einstein de la Relatividad General. Porque efectivamente las ocurrencias de Einstein estaban muy bien, pero para aceptarlas había que llevar a cabo una demostración y verificar una previsión. En el mundo moderno y materialista de la extrema racionalidad, no sirve de nada una teoría con unas previsiones hasta que no se verifican. Si lo que se verifica es el incumplimiento de las previsiones, la teoría tiene que ser desechada. La pregunta es si esto es algo que funciona realmente en nuestro mundo en la práctica, o si como tantas otras cosas funciona según convenga de manera selectiva.
Kivalina, la “primera víctima” del calentamiento global – http://t.co/ItNuVXT7Kq pic.twitter.com/iH2mexODSF
— Sumarium (@sumariuminfo) September 1, 2015
Hace unos años, por ejemplo, se nos aseguraba que una de las evidencias del calentamiento global sería el momento en que por efecto de este y de la subida del nivel del mar, en el momento presente, quedaría bajo el agua la isla de Kivalina en Alaska. El problema es que ha pasado el tiempo y la isla sigue sobre las aguas. Lo raro es que la prueba de que el calentamiento y la subida del nivel del mar eran reales, al no verificarse, no se convierta en una prueba de que la teoría era falsa. ¿Estamos es un marco materialista científico o no? ¿El calentamiento global antropogénico y apocalíptico, aparte de negocio, es ciencia o es religión?

Kivalina no es caso único. Hace unos años se nos decía que eran las islas de Tuvalu las primeras que quedarían sumergidas por estas fechas, pero tal inmersión no se ha producido. Los viveros de peces en el Mediterráneo que ya los romanos usaban en Alicante cuestionan también las predicciones acerca del apocalipsis climático.
Viveros romanos de peces en la ciudad de Alicante demuestran que el nivel del mar no ha variado ni un centímetro en los últimos 2000 años. pic.twitter.com/BhBP1TS4wI
— Huxley ®️ 🇪🇸 (@Quetz_al) September 28, 2023

El punto es que, sea cierto o no el calentamiento, asistimos a fenómeno llamativo. Si en 1919 un eclipse no hubiera confirmado la Relatividad, las teorías de Einstein hubieran quedado en el alero. Más de 100 años después, sin embargo, que los hechos no confirmen las previsiones ya no cuestiona las teorías. ¿Ha cambiado el método científico o lo que ha cambiado es nuestra mentalidad? ¿Somos tan racionalistas como pensamos o nos están vendiendo cualquier cosa como racional? Si en virtud de una teoría hacemos unas precisiones y después las previsiones no se cumplen, ¿qué queda de la teoría? Cualquier teoría es buena si sus previsiones no tienen que ser verificadas o si de hecho resisten que la verificación las desmienta. ¿Es cierto el calentamiento global? Por lo menos algunas de las previsiones que se hacen en virtud del calentamiento global ya vemos que no. ¿Y si los habitantes de alguna de estas islas usaran el riesgo no materializado después de desaparecer para exigir 400 millones de dólares a las petroleras? ¿Es legítimo entonces dudar? No ya negar, sólo dudar.
