Cuando Elma Saiz mintió expresamente a su elector

La mentira es una seña distintiva del socialismo actual. La mentira flagrante. La mentira descarada. La mentira sin escrúpulos. La mentira en todo su esplendor. Donde el día anterior a las elecciones dije “digo”, el día después digo constitucional, legal e imprescindible para la convivencia armoniosa del personal. Te dije que te pagaría. Te dije que era tu amigo. Te dije que te devolvería el coche. Te dije que Te dije que te sería fiel. Pero cambié de opinión.

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El caso de Elmá Saiz es un poco más grave, porque a todas las mentiras de su partido que asume como propias añade una mentira más personal, la de haberse comprometido expresamente con el electorado, antes de las elecciones de mayo, a permanecer trabajando en el Ayuntamiento de Pamplona fuera cual fuese el resultado de las elecciones.

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Concretamente, un tuitero lanzó el 29 de marzo a todos los candidatos a la alcaldía de Pamplona la pregunta de si se quedarían en el Ayuntamiento de Pamplona fuera cual fuese el resultado en las urnas. El caso es que casi todos los candidatos respondieron a este tuitero.

Como puede apreciarse, casi todos los candidatos respondieron la pregunta y vinieron a comprometerse con que efectivamente se quedarían en el ayuntamiento fuera cual fuera el resultado, en el lugar en el que les pusieran los electores, frente a la alcaldía o en la oposición, pero en en el Ayuntamiento de Pamplona. Tú te comprometes con tus electores aunque no seas alcalde o alcaldesa, salvo que seas un piernas.

¿Y qué es lo que dijo Elma Saiz? Pues respondió afirmativamente a la pregunta de que se quedaría en Pamplona. Sí, con acento la «i», asegurando que su compromiso con los pamploneses, las pamplonesas y los pamplonesos era in-cues-tio-na-ble. Ya ven lo que vale la palabra de doña Elma. Ya ven lo que vale la palabra de un socialista.

Alguien podría alegar que bueno, que lo que se votan son las siglas y no las personas, que lo mismo el votante socialista hubiera mantenido su voto fuera la candidata Elma Saiz que Bob Esponja. Pero en primer lugar Bob Esponja hubiera sido mucho mejor candidato y sobre todo mucho más fiable que Elma Saiz. Y en segundo lugar no es sólo que los socialistas no respeten sus compromisos personales, tampoco respetan sus compromisos programáticos. ¿A qué queda reducida la democracia entonces? Pero si alguien osa reclamarles la palabra dada es un antidemócrata y un fascista porque ellos no mienten, sólo cambian de opinión. Ya te dije que era socialista, ¿cómo me reclamas ahora que faltara a la verdad?

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