Faltan unos meses para que Pedro Sánchez cumpla 6 años en el poder. Parece que han pasado 50 años pero son sólo 6. El caso es que ya son unos cuantos años para empezar a pensar que de lo bueno o de lo malo de todo lo que pasa el sanchismo en general y Pedro Sánchez en particular tienen alguna responsabilidad.
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Hay muchas formas bajo las que tratar de analizar la riqueza o la pobreza de un país y la evolución de los salarios o las pensiones, contra lo que pudiera pensarse a primera vista, no son generalmente el mejor medidor. De hecho, y para esto basta mirar lo que ha sucedido en países como Argentina o Venezuela, cuando los salarios o las pensiones suben mucho la razón suele ser un brutal encarecimiento de la vida y no una inusitada elevación de la prosperidad. En realidad, respecto a la inflación real los salarios y las pensiones suelen ir por detrás. No sólo eso, las subidas artificiales de los salarios y las pensiones, al margen de la riqueza real que se es capaz de generar, no suelen hacer más que abocar a la economía a un círculo vicioso y a un empeoramiento de la situación.
Hay quien no entiende que haya gente a la que Sánchez le sube la pensión y no vota a Sánchez y hay gente que entiende cómo Sánchez le sube la pensión pic.twitter.com/77lBhRWYpZ
— Adolfo (@adolfopamplona) February 29, 2024
Es por ello que no resulta sorprendente que la pobreza real en España, según el INE, haya aumentado en los últimos años pese a tener el gobierno más progresista del mundo, o precisamente por tener el gobierno más progresista del mundo.
Encuesta de condiciones de vida #ECV Año 2023 @es_INE
El porcentaje de población que se encontraba en situación de carencia material y social severa aumentó hasta el 9,0%, frente al 7,7% del año anterior.
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#INE pic.twitter.com/0JVviuqWWX— INE España (@es_INE) February 26, 2024
Medir la pobreza, como la riqueza, también es un problema, ya que la moda entre muchos observadores es medir la desigualdad en vez de la pobreza, tratando de identificar ambos conceptos. Según estos criterios de medición, si yo tengo un BMW pero tú tienes dos Mercedes soy más pobre que si yo tuviera un Dacia pero tú tuvieras sólo un Renault, porque seríamos menos desiguales. Otra cosa es que alguien se pueda sentir más pobre yendo con un BMW que con un Dacia, seguramente por no tener una visión lo bastante progresista de la realidad.
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Para evitar esto tenemos un medidor bastante fiable que es el de la pobreza material severa. Este indicador refleja lo que habitualmente entendemos todos por ser pobre, o sea no la diferencia salarial con el vecino de enfrente sino si puede pagar la luz, la calefacción, el alquiler y la comida. Desde este punto de vista en 2023 hubo más pobres que en 2022, más pobres que en 2019 y más pobres que en 2015.
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Por consiguiente, frente a todas las promesas sanchistas, todas las políticas ultraizquierdistas, todas las regulaciones gubernamentales, o precisamente por todo ello, el porcentaje de españoles que viven en la pobreza real no desciende, de hecho incluso se eleva. Da igual cuánto crezca la deuda o cuántos millones Next Generation le regale Von der Leyen a Sánchez para que siga siendo popular y mantenga su suelo electoral. Nos estamos convirtiendo en un país que roza el 10% de pobres, pero de pobres de verdad.
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Tal vez el problema de origen fue pensar que los de abajo podían llegar a gobernar. O sea, ¿en qué momento el gobierno es algo que está abajo? El gobierno es por definición algo que siempre está arriba. Los que están en el gobierno son los que tienen el poder y los que están en el poder son los de arriba. Un gobierno de los de abajo es un oxímoron. Lo único que se consigue con un gobierno más grande, más caro y más poderoso es que haya que pagar más impuestos, que los costes del estado ahoguen la economía y que las cuentas públicas estén más desequilibradas. Otro efecto colateral que ahora estamos viendo de que el gobierno maneje más dinero es que también haya más corrupción. Cuanto más interviene el gobierno en más cosas y más dinero pasa por las manos del gobierno más posibilidades de corrupción. Por eso empezábamos diciendo que en la España sanchista cada vez hay más pobres, pero fuera del gobierno. Dentro del gobierno o en sus aledaños hay algunos que ahora viven mucho mejor que cuando el sanchismo empezó. Unos dentro de la ley y otros no.
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