Chivite y la violencia sexual

Ayer tuvo lugar una escena extraña en el Parlamento de Navarra, extraña por lo menos si atendemos a la lógica del discurso y no a la frecuencia con la que este se repite. El PSN le preguntó a Chivite, o sea que Chivite se autopreguntó, acerca de la rebaja de pena del TSJN a uno de los miembros de la manada. Chivite aprovechó la autopregunta para declarar que el gobierno de Navarra va a recurrir esa rebaja, que «en este Parlamento ya hemos constatado el desmarque de Vox en el consenso”, que “estamos viendo cómo el PP le acompaña en las políticas de recortes a los derechos de las mujeres”,  que el gobierno foral no va a dar «ni un paso atrás» en materia de igualdad y que su compromiso contra la violencia machista es «firme».

Efectivamente la cosa resulta bastante extraña porque, escuchando a Chivite, pareciera que la rebaja de pena al miembro de la manada es culpa de VOX o del PP, y no del PSOE, de Podemos, de Bildu y todo el mandarinato de progreso que ha dado a luz una ley que rebaja las penas o pone en la calle a cientos de agresores sexuales. Pareciera por tanto que o son VOX y el PP los responsables de la rebaja penal, o que tener un compromiso firme contra la violencia machista es favorecer penalmente a todo ese pequeño ejército de agresores sexuales. Por lo visto los que ponen en la calle a los agresores sexuales son los socialistas, pero los que ponen en peligro los derechos de las mujeres o no son firmes contra la violencia machista son los demás.

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Cuando además Chivite dice que el gobierno foral no va a dar ni un paso atrás en materia de igualdad o que su compromiso contra la violencia machista es firme, parece que hubiera alguien que estuviera contra la igualdad o a favor la violencia machista. No hay nadie que esté contra la igualdad o a favor de la violencia machista. A ver qué declaración hay de alguien del PP o de VOX diciendo que está en contra de la igualdad o de la violencia contra las mujeres. Y si estando de palabra todo el mundo por la igualdad y contra la violencia juzgamos las obras en vez de las palabras, entonces volvemos a que quienes ponen a los agresores sexuales en la calle o les rebajan las penas son Chivite y sus socios. La izquierda no tiene un rival que esté contra la igualdad o a favor de la violencia, pero se lo inventa. No se puede estar en desacuerdo con la izquierda sin ser algún tipo de delincuente.

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Obviamente hay un debate sobre la violencia contra las mujeres, pero es un debate nominativo. O sea, todo el mundo condena la violencia contra la mujer. A nadie le parece bien que se pegue o se mate o se viole a una mujer. Todo el mundo está a favor de castigar que se pegue o se mate a una mujer. Si acaso, es la izquierda la que está a favor de castigar menos al que pega, mata o agrede sexualmente a una mujer.

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El debate sobre la llamada violencia machista se parece un poco al que pueden tener dos médicos dando dos diagnósticos distintos sobre una misma enfermedad. Un médico no puede decir de otro que es partidario de la enfermedad porque no coincide con su diagnostico, que no quiere tratar la enfermedad o que no quiere que el enfermo se cure. Encima resulta que el paciente, cuando se aplica el tratamiento de este médico que acusa el otro, no sólo no mejora sino que empeora. Cuanto peor se pone el paciente con su tratamiento, más insulta al otro médico que cuestiona el nombre de la enfermedad o el tratamiento. Casi parece que la enfermedad no mejora, sino que empeora, porque el otro médico discute el diagnóstico y no porque a lo mejor el diagnóstico y el tratamiento están equivocados.

Volviendo a la realidad y a los datos, el hecho es que las cifras de agresiones sexuales contra las mujeres no hacen sino crecer en Navarra y en toda España.  En el caso de Navarra, el año pasado crecieron un 24,8% las diligencias previas de la Fiscalía en asuntos incoados contra la libertad sexual, y un 96% las diligencias por agresiones sexuales. ¿Cabe cuestionar al gobierno a la vista de los datos? ¿Cabe cuestionar sus verdades de género y su diagnóstico? Pues no, porque al que lo hace se le acusa de estar en contra de la igualdad y en contra de la violencia de la mujer. Y si alguien señala que estamos viviendo un boom de la inseguridad en las calles y de las agresiones sexuales por un problema migratorio y no por un déficit de subvenciones, cartelitos o bancos de colores, se le tacha de xenófobo.  Así que mientras aumenta la violencia contra la mujer, no cabe cuestionar que se esté haciendo algo mal porque sería estar contra las mujeres. Estar a favor de las mujeres sólo es al parecer estar viendo cómo aumentan las agresiones sin hacerse preguntas y sin cuestionar las políticas del PSOE y sus socios. Y cuanto más suben las agresiones contra las mujeres o más agresores sexuales resultan agraciados por la política de la izquierda, menos se pueden cuestionar las políticas del gobierno y más machista y abyecto es el que señala la situación.

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