Casi 300 agresores sexuales han tenido que ser beneficiados para que por fin algo en el PSOE parezca empezar a moverse. Eso y que vienen elecciones. Así y todo todavía no está claro hasta qué punto en Moncloa han decidido poner punto final a este desaguisado ni cuándo. Tendrá que ser antes de las elecciones, por supuesto. El hecho de que María Chivite, nuestra flamante presidenta, por fin haya tenido el detalle de pronunciarse contra los efectos secundarios de esta maldita ley, invita a pensar que apostar contra Montero es ahora mismo ir sobre seguro. O María Chivite seguiría callada como una tumba.
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Chivite pone en valor la ley del 'sí es sí' pero espera que las "consecuencias no deseadas" que genera "sean corregidas" https://t.co/TQQ6DGSnEJ
— Pamplona Actual (@Pamplonaactual) January 27, 2023
El papelón de Chivite resulta clamoroso porque la pregunta es cuándo se ha dado cuenta de que esta ley es un desastre y resulta preciso reformarla. ¿Con el último violador beneficiado? ¿Con el 200? ¿O con el primero y no dijo nada? ¿Cuánto tiempo lleva callada Chivite pensando que esta ley es estiércol pero disciplinadamente silente?
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Si Pedro Sánchez no mueve ficha, ¿habría dicho algo la presidenta? Si no hubiera elecciones, ¿habría movido ficha Sánchez? Entonces, ¿qué es lo que le importa a esta gente? ¿El cargo o la defensa de las mujeres?
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La que parece que persiste en su contumacia es Irene Montero. Antes todos los violadores en la calle que reconocer un error. Venía a defender a las mujeres y a ser el azote de los violadores, pero la realidad ha sido exactamente al revés: ahora es la defensora de los violadores y el azote de las mujeres. Y en Podemos, ¿por qué nadie dice nada? ¿Porque a todos les parece bien lo que está pasando o porque son todos como Chivite? Otras virtudes tendrá Chivite, pero la valentía no.
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