Chivite sigue el guion. De hecho, a veces resulta hasta sorprendente lo fielmente que Chivite sigue el guion. De este modo, la presidenta aseguró ayer en unas declaraciones en Tudela que ve “complicado” que se pueda producir su investidura antes de las elecciones del 23 de julio. O sea, que para evitar en toda España la imagen pre-electoral de una presidenta socialista investida por Bildu nos queda un mes de marear la perdiz.
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Consiguientemente, nos queda en Navarra un mes de reuniones improductivas y de escenificar desacuerdos entre las diversas fuerzas de progreso de nuestro empobrecido territorio foral. En realidad todo esta pactado no ya desde el momento mismo de recontar los votos el pasado mes de mayo, sino incluso desde la legislatura pasada, cuando las fuerzas pentapartitas se juramentaron para repetir gobierno en una insólita votación, en la que un parlamento votaba su régimen sucesor.
El Parlamento se adelanta a las elecciones y dice a los ciudadanos cómo debe ser el próximo gobierno https://t.co/uItVbcLzjv pic.twitter.com/V3AfcAeVeA
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) November 11, 2022
La única incógnita respecto a la investidura de Chivite, puesto que todos sabemos el plazo, es el precio. No sólo hay que comprar el apoyo de Bildu, sino que hay que compensarle por no haberle dejado disfrutar de la alcaldía de Pamplona, si es que el precio no incluye una moción de censura contra Ibarrola una vez pasadas las elecciones generales e investida Chivite.
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Naturalmente el teatrillo no sólo incluye la escenificación de unas largas negociaciones llenas de trabas imaginarias hasta el momento justo de que pasen las generales, sino que llegado el momento, como está pretendiendo Sánchez, se negarán los acuerdos con Bildu. ¿Acuerdos? ¿Qué acuerdos? Bildu apoya unos presupuestos y el gobierno acerca a los presos, como nos enteramos por Otegui, pero todo es casual, mera coincidencia, formalmente no hay ningún acuerdo y no hay en el gobierno ningún ministro de Bildu. El PSN mantiene todas las políticas nacionalistas del gobierno cuatripartito, y paraliza todas las obras que le desagradan a la izquierda abertzale, pero no hay ningún consejero de Bildu. Como si fuera menos determinante pactar la acción de gobierno o los presupuestos que una consejería. Sánchez sin Bildu lo tendría difícil en algunos momentos, pero es que Chivite sin Bildu no puede hacer nada en ningún momento. Su dependencia es total y absoluta. Y es que con este gobierno es todo teatro, desde que están mejorando Navarra hasta que no pactan con Bildu.
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Un comentario
«Chivite disimulará hasta el 24 de julio»… y ni un minuto más. Y luego, reprobación de la alcaldesa de Pamplona. Y atentos a lo de la calle Curia, a ver si le interesa a Bildu quemar ese día Pamplona o no.