La izquierda cibernética anda un tanto alborotada en las últimas horas trabajando por el linchamiento digital de Laura Pausini, la famosa cantante italiana, la cual en el programa El Hormiguero cometió el pecado de no querer cantar Bella Ciao, el famoso himno antifascista (o procomunista) italiano ahora bastante universalizado por todas las fuerzas izquierdistas del mundo. La propia cantante se ha visto obligada a aclarar que por supuesto rechaza el fascismo, pero que ella no canta canciones políticas, ni de izquierdas ni de derechas. La pobre Laura se piensa que esto de no ser de izquierdas en España sigue siendo optativo.
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No canto canciones politicas ni de derecha y ni de izquierda.
Lo que pienso de la vida lo canto desde hace 30 años.
Que el fascismo sea una verguenza absoluta me parece obvio para todos. No quiero que nadie me use para propaganda politica.
No se inventen lo que no soy.— Laura Pausini (@LauraPausini) September 13, 2022
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Desde luego parece muy discutible que alguien sea un enemigo de la libertad por no querer cantar Bella Ciao o que sea amigo de la libertad por cantar la canción. Lo que acaba de suceder con la cantante italiana es la viva prueba de ello. No son muy amigos de la libertad los que quieren obligar a Pausini a cantar Bella Ciao. Un amigo de la libertad no quiere que la gente cante obligada una canción. Cántala libremente o no la cantes. Lo de Laura Pausini no tiene sentido.
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Obviamente no hace falta cantar Bella Ciao para ser un amante de la libertad, y cantar Bella Ciao tampoco convierte a nadie en un amigo de la libertad. En las herriko tabernas, por ejemplo, se canta Bella Ciao rodeados de fotos de asesinos cuando la Selección Española juega contra la de Italia. Mucha gente que ha cantado Bella Ciao en las últimas décadas odiaba las dictaduras de derechas, pero adoraba las dictaduras de izquierdas.
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Ante el revuelo que ha causado la negativa de Laura Pausini a cantar Bella Ciao, y la falta de libertad en la sociedad española que ese revuelo denota, cabría preguntarse qué pasaría si a cada cantante que pasa por El Hormiguero u otros programas similares se les invitara a cantar “Libre”, de Nino Bravo.
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Para empezar seguramente mucha gente no lo sabe, pero “Libre” es una canción compuesta por el asesinato de Peter Fechter, un chaval alemán al que los comunistas mataron de un tiro cuando trataba de cruzar al otro lado del Muro de Berlín. ¿Por qué en las convocatorias de la izquierda es tan popular “Bella Ciao” pero tan poco reproducida “Libre”? Si a los cantantes españoles cuando van a una entrevista primero se les explicara el sentido de la canción, y después se les pidiera cantarla, ¿cuántos harían un Laura Pausini? ¿Y cuántos no la cantarían por el terror a que se les echara encima toda esta izquierda cibernética que todos los días se dedica a tratar de linchar a alguien en las redes sociales por llevarle la contraria?
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Un comentario
Controversia sobre su significado según información obtenoda en wilkipedia:
La canción «libre» comúnmente es asociada a Peter Fechter, conocido por ser el primer mártir del Muro del Berlín al ser asesinado en 1962 a los 18 años al intentar cruzarlo.23
Sin embargo, Pablo Herrero, uno de sus dos compositores, afirmó en una entrevista en Radio 5: «No se inspiró en esa historia. Fue menos épica, mucho más doméstica, menos importante. Esto fue el producto de una rebeldía, de una generación que había nacido en España justo después de la Guerra y que vivimos la dictadura a base de bien y una fuerte represión que se extendió hasta el año 75 que fue cuando murió Franco. Sin embargo esta canción es del año 72, él estaba todavía vivo. No teníamos que mirar a Alemania. Lo estábamos viviendo aquí. La falta de libertad era manifiesta”. 4
A pesar de su éxito en España, la canción tomó ribetes políticos en Latinoamérica. En Chile fue adoptada como un himno anticomunista, siendo también interpretada por el Ejército de Chile, y se volvió popular entre los simpatizantes de la dictadura militar. La interpretación de la canción por Bigote Arrocet en el Festival de Viña del Mar en febrero de 1974, de rodillas frente al público (en el que se encontraba el dictador Augusto Pinochet), resultó icónica. La historiadora de la música Katia Chornik, en su estudio Sounds of Memory: Music and Political Captivity in Pinochet’s Chile (1973-1990) («Sonidos de memoria: música y cautividad política en el Chile de Pinochet») asegura que la canción, al estar de moda en esa época y entre muchas otras, fue utilizada durante las torturas a prisioneros políticos durante la dictadura militar.
Referencias