Ariza, Abascal y VOX

Nos preocupa VOX. VOX es importante. Por un lado, la derecha no va a poder sumar una mayoría parlamentaria sin el aporte de VOX. A lo mejor Feijóo, siendo posible esa mayoría en su momento, prefiere una mayoría con el PSOE, o con el PNV y Junts, pero eso será ante la historia y ante España responsabilidad de Feijóo. Lo fundamental es que esa mayoría parlamentaria de la derecha sea posible y para eso hace falta la aportación de VOX.

En segundo lugar, VOX es importante porque no basta con construir una mayoría parlamentaria de derechas que de paso a una etapa y a una política alternativa. Esa mayoría parlamentaria tiene que servir para hacer cosas, cambiar cosas, eliminar cosas, mejorar cosas. El problema con el PP, y por eso nació VOX, es que de manera sistemática ha ignorado, despreciado y ninguneado a buena parte de sus votantes tradicionales, o ha dejado de realizar reformas que era un clamor que había que acometer. Toda esa gente que veía que las mayorías absolutas del PP no servían para cambiar el fondo de nada, y que dejó de sentirse representada por el PP, es la que ha venido alimentando el éxito electoral de VOX. ¿Es Feijóo una especie de titán ideológico de la derecha en quien puedan confiar todos esos votantes para volver al PP y abandonar a VOX? Desde luego parece que no. Todo lo contrario, Feijóo representa más bien el ala del PP en permanente deslizamiento hacia la izquierda. Las encuestas, normalmente interesadas y empeñadas en dirigir la intención de voto en vez de reflejarla, dirán lo que quieran, pero lo normal es que VOX gane fuerza en la medida en que el PP se desplace a la izquierda y la pierda en la medida en que el PP bascule a la derecha. Con un líder como Feijóo, que no disputa el espacio a la derecha, no parece probable que pinche VOX.

Desde luego no parece previsible que el PP sume en su día 176 diputados sin VOX. Para que Feijóo no intente alcanzar esa suma con el PNV y Junts, o gobernar en minoría con el PSOE, muchos votantes de la derecha piensan que lo más útil para asegurar que se evita ese escenario es votar a VOX. Un VOX fuerte que no cediera escaños al PP garantizaría que no fuera suficiente la suma de PP, PNV y Junts. Ya únicamente eso sería un buen motivo para votar a VOX. Y sólo teniendo que sumar con VOX el PP acometerá cambios y políticas que abandonaría por completo, una vez más, en caso de no depender de VOX. ¿Y si es VOX quien falla en esa lucha llegado el momento? Entonces será VOX quien tenga que responder ante el votante de VOX.

Todo lo anterior explica la importancia y la necesidad de VOX. Por eso no son irrelevantes los cambios en la plantilla de VOX o la inquietud que esos cambios en la plantilla pueden generar en los simpatizantes respecto al nivel de juego del equipo titular. En este sentido hace unos días El Confidencial publicaba un curioso artículo sobre las salidas y los cambios en VOX, la nueva guardia pretoriana de Abascal y el ascenso del clan de Intereconomía. Pero más interesante que el propio artículo es la respuesta al mismo que ha publicado Julio Ariza en su canal de Telegram, recordando episodios importantes sobre los orígenes y la trayectoria de VOX, para situar a cada uno en su lugar.

De este modo, Ariza recuerda el crítico momento de la formación tras las elecciones europeas en las que Alejo Vidal Quadras no consiguió, por sólo 3.000 votos, el escaño en el parlamento europeo. En aquella coyuntura, rememora Ariza, muchos de los que en ese momento representaban a VOX pensaron que quizá había llegado la hora de cerrar definitivamente el partido, incluyendo a Iván Espinosa de los Monteros. VOX siguió adelante, hasta llegar a ser lo que ahora es, por la voluntad y la determinación de Santiago Abascal.

Ariza reivindica en aquella coyuntura su propio papel y el del grupo Intereconomia, medio de referencia en aquellos momentos de la derecha. En sus conversaciones con Abascal, señala Ariza, intentaba convencerle de que el fracaso de las elecciones europeas no podía constituir el final de un proyecto político imprescindible para la sociedad española, y que incluso un sólo diputado ya serviría para poder mantener vivos debates sociales que los partidos del arco parlamentario de aquel momento habían decidido cerrar o ignorar de manera definitiva.

Julio Ariza recuerda asimismo cómo en 2013 Vox le invitó a hablar y dirigirse a sus afiliados y dirigentes en un acto en el teatro La Latina de Madrid. Esa presencia en un acto partidista le comprometía públicamente pero Ariza explica que decidió dar ese paso por responsabilidad y convicción. Gracias sobre todo a Ariza e Intereconomía, VOX consiguió la visibilidad que permitió su posterior eclosión electoral. Ningún otro medio nacional en aquella época daba cancha a VOX. “Muchos en el Partido Popular -señala Ariza- consideraron mi decisión una verdadera agresión y tomaron adecuada revancha”.

Interesa tener en cuenta todo aquello, como subraya Ariza, porque parece ahora que toda aquella gente como el propio Ariza, Intereconomía o su actual sucesora El Toro TV, se hayan convertido en una amenaza o un lastre para VOX, cuando han sido y siguen siendo sus principales impulsores. Atendiendo ciertos relatos, parece que de repente Intereconomía esté opando a VOX, como si Intereconomía no hubiera estado apoyando a VOX desde el principio, como si aquella gente de Intereconomía viniera ahora de pronto a quitarle el control de VOX a estos o a los otros, cuando Intereconomía se encuentra en el origen de todo el ascenso, y cuando fue gente como Ariza, casi en solitario, la que animó a Abascal a no tirar la toalla en el momento decisivo. No puede ser que Intereconomia, Ariza, o tanta gente de valor que rodeaba a Ariza ahora resulta que sean una amenaza para VOX, en vez de la gente que ha estado toda su historia tirando de VOX y sin la que no se explica el éxito de VOX.

No es que no haya más gente de valor en VOX, ya sea que siga o que haya pasado por VOX, algunos de ellos de forma deslumbrante por su brillantez, o que no resulte deseable la constante captación de nuevos talentos para añadirse al proyecto o para equilibrar las salidas del equipo, pero resulta un poco absurdo pretender que la mayor amenaza para VOX sea la gente que siempre estuvo desde el principio con Abascal apoyando a VOX, o que el mayor peligro para VOX sea la única televisión o la única radio que apoyan a VOX. ¿Saben cómo sería quizá menos influyente el “clan de Intereconomía”? Si hubiera tres o cuatro canales más de televisión apoyando a VOX y los valores que representa VOX. Tres o cuatro Arizas o tres o cuatro Amancios Ortega en España no nos vendrían mal. Pero tampoco reprochemos mucho a Ariza o a Ortega no ser tres o cuatro más cuando su parte en ser ellos mismos la han cumplido con creces ya.

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